Capítulo 03

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La oficina se encontraba en penumbras mientras él bebía de su vaso un poco de whisky con hielo sentado en el sillón que yacía en su oficina; hace varias horas que el trabajo había terminado, pero por ser él el jefe se permitió el quedarse un momento más. Se había encargado que el señor de la limpieza pasara a su oficina cuando él ya no estuviese en el edificio para no ser interrumpido.

Miró su reloj y notó que ya eran pasadas las diez de la noche, alzó las cejas sorprendido pues el trabajo había terminado a las seis de la tarde y el tiempo había pasado volando. Hizo una mueca, lo que menos quería era regresar a casa.

Acarició su sien con los dedos de su mano izquierda mientras que con la otra terminaba de beber lo que quedaba del whisky, al terminar lo depositó en la pequeña mesa que se encontraba frente al sillón y se levantó del mismo para dirigirse a la silla de su escritorio en donde reposaba su saco sobre el respaldo y tomarlo. Salió de su oficina y camino por los pasillos entre los cubículos camino al elevador; se encontró con el buen HyunBin quién era el encargado de la limpieza y se despidió de él, al bajar se dirigió al estacionamiento subterráneo del edificio; encontrando su Mercedes negro ingresó al asiento del copiloto.

No tenía prisa en llegar, aún si sabía que KyungSoo lo esperaba en casa, no quería llegar. Manejo de lo más tranquilo posible, tomándose su tiempo e incluso disfrutando el viaje, pasó por unos puestos ambulantes de comida en donde las ganas de pararse y comer un poco de bulgogi mientras bebía un poco de soju se hicieron presentes, más no se detuvo, ya iba lo suficientemente tarde y no quería escuchar los reclamos de su esposo.

Al llegar a la casa en donde habitaba se estacionó más no salió de inmediato, tenía que prepararse para lo que venía cuando entrara a ésta. Últimamente el desgano y la tristeza de su esposo lo estaban acabando, sentía que se sofocaba, por ello hacía tiempo quedándose en su oficina a tomar un poco antes de ir a casa. 

Bajó de su auto y tomando el portafolio se dirigió a la entrada, al meter sus llaves la puerta se abrió encontrando la casa a oscuras, justamente como quería encontrarlas. No había rastro de KyungSoo por ningún lado Tal vez ya se durmió, pensó ChanYeol por lo que con parsimonia se quitó el saco y lo colgó en el perchero de la entrada. Camino a su habitación desabrocho los puños de las mangas y los botones de su camisa de traje, la corbata ya había desaparecido desde que entró a la casa.

Llego a su habitación y se encontró con que su esposo no estaba recostado ahí. Frunció el ceño y buscó en el baño del cuarto. Nada. 

El alto de nuevo acarició su sien y después de colocarse el pijama se dirigió a una de las habitaciones que se encontraban en el pasillo, para ser más exactos la del fondo a la izquierda. Sabía que su esposo se encontraba allí, hacía tiempo que KyungSoo no hacía eso, pero tal parece que lo volvió a hacer. 

Se recargó en el marco de la puerta y pudo observar a su pequeño esposo recostado en la pequeña cama individual durmiendo acurrucado a un peluche de rana dentro de aquellas cuatro paredes color rosa decoradas con juguetes y algunos cuadros con fotos. Lentamente se acercó y se sentó en la cama llevando una de sus manos a la frente de KyungSoo, acarició los mechones y los apartó delicadamente. 

-Soo, vamos a la cama. - Habló suave, pues su esposo parecía estar descansando y no quería alterarlo. 

-No quiero, quiero quedarme aquí. - Contestó con su voz rasposa por el sueño y se volteó dándole la espalda al alto sin dejar de abrazar el peluche.

La imagen parecía tan tierna, pero hace mucho que  ChanYeol dejo de verlo de esa manera. Sin embargo, se permitió sonreír un poco nostálgico. 

-Soo, vamos a la cama, debes descansar. - Fue lo último que dijo el alto con un tono más serio haciendo al pequeño refunfuñar mientras se dirigía a la habitación matrimonial.

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