Comienzo

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Respiró hondo, con sus manos tranpiradas toco el pomo de la puerta de madera para abrirla lentamente y encontrarse con un grupo de jóvenes dispersados por el pequeño espacio, había llegado tarde ya que el recorrido fue un poco extenso, camino sosteniendo firmemente su maletín llegando a un pequeño escritorio para después sentarse en una silla de madera.

Estaba tan nervioso que las palabras no salían de sus finos labios, sabia que si no hablaba seria el hazme reír de su clase, como el había sido durante toda su secundaria. Sonrío al recordar como Billy Ferrer le hizo el calzón chino en medio de la cancha de fútbol por no darle el dinero del almuerzo pero la pregunta es ¿ En serio no quería dárselo ? Estaba tan acostumbrado al dolor que se volvió un masoquista de la peor especie y tenia esa pequeña exaltación de probar como se siente herir a alguien, como se siente escuchar ese grito de dolor que sale de lo mas profundo de las cuerdas vocales, quería experimentar lo que había vivido.

Susurros hacen que el señor Evans volviera en si, abrió con torpeza su maletín para sacar un pedazo de tiza, se paro y escribió en el gran pisaron  negro  "MR. EVANS" junto con la fecha de 17 de septiembre del año 1976, con un estilo de letra poco entendible.

-Soy Mr. Evans su nuevo profesor de Biología- miro a sus estudiantes con nerviosismo, sentía calor, aun no había llegado otoño y muchas personas esperaban con ansias esa estación del año, ¿ por que ? Por el simple hecho de que pronto será Halloween una festividad que la ciudad de San Francisco era fan de esa celebración y era algo que le contagio a nuestro protagonista, durante su vida nunca pudo disfrutar decir las típicas palabras: "Dulce o truco" porque su madre era muy religiosa y tenia en la mente que Halloween era una celebración hacia el señor de todos los demonios, Lucifer.

-¿Que piensan de esta ciencia?- pregunto un poco mas seguro de si mismo, recordó cuando estaba en la secundaria su profesor de ciencias, Richard Jones le pregunto a la clase que pensaba sobre Biología, fue gracias a ese señor que su amor hacia esta área creciera y se volviera en su forma de vida.
-La ciencia que estudia al ser vivo - comenta una joven de cabellos largos y castaños, ojos verdes como esmeraldas y labios rosados pero carnosos, se podría confundir con una diosa de tan hermosa que era algo que Daniel quedo embobado por unos cuantos segundos. Aunque era una persona rara y poco comunicativa era hombre y sabia cuando una mujer era hermosa.
-Su nombre por favor - dice tragando saliva y acercándose a la joven con lentitud.

- Mary Jane Adams  - susurra mirando como el raro maestro de biología se le acercaba, estaba nerviosa nunca había visto una persona que le diera tanto temor ni siquiera con el maestro de Educación física que era un horror en persona, pero con el era muy diferente; sentía el dolor y sufrimiento en sus ojos celestes algo que la hacía estremecer y sentir temor al verlos.

-Esta en lo correcto- muestra sus dientes amarillentos en una sonrisa algo que le causo repulsión a la joven  Mary Jane pero lo pudo disimular devolviendo una sonrisa fingida. Daniel se volteo y camino hacia su escritorio - Trata de estudiar la estructura y la dinámica funcional comunes a todos los seres vivos-continua hablando aun con su sonrisa en sus labios. Durante una hora el maestro emocionado hablaba de lo increíble que era esa ciencia, haciendo que muchos estudiantes durmieran de tanto aburrimiento; muchos de ellos pensaron: ¿Como puede ser una persona tan aburrida ? Pues claro, el señor Evans no era una persona graciosa, no le veía sentido morirse de la risa de cosas tan estúpidas, y sabia que no era normal ¿Como no reírse de un resbalón con una cascara de banana? Para el no era divertido, era divertido como se reflejaba el dolor de esa persona al caer al suelo; para el eso era lo gracioso ¡Era divertidisimo!

Sonó un timbre estridente haciendo que todos sus alumnos se pararan con agilidad y salieran del aula dejándolo a el solo. Soltó un  suspiro y tomo su maletín salió del aula  y vio todos esos adolescentes, parecían rebaños de tan juntos que estaban, con trabajo pudo salir de ese pasillo y dirigirse al salón de maestro. Cuando estaba en la secundaria no había tanta gente se dio cuenta que la humanidad había crecido un gran porcentaje, que estábamos sobrepoblando el mundo algo que no le gustaba, habría gente de color; le parecía que eran sucios, sin educación, animales entre la multitud que querían respeto, pero el no era racista el solo sabia valerse y esa gente de color no lo son solo eran bichos raros en la sociedad y había que desaparecerlos de la manera mas cruel, tal vez se podría crear la 3era guerra mundial y el ser el nuevo Hitler para una nueva era.

-¿Busca el salón de maestros ?- le pregunta un joven de unos 33 años, bien vestido y de una sonrisa perfecta, ojos azules y cabellos rubios era como el reflejo de Daniel pero de una forma mas seductora, en comparación con Daniel, este rubio era fuerte y parecía un modelo sacado de una revista, y bueno Daniel era un debilucho sacado de un comercial de como engordar.

-Pensé que era por aquí -señalo el pasillo el señor Evans mirando los ojos azules de aquel desconocido.

-Esta equivocado, es del otro lado- sonríe y le hace un cancho por su cuello- Seremos compañeros de trabajo, ¿no?  - camina a paso lento, este tipo de cosas a Daniel le parecía desconocido nunca en su vida había socializado tanto en un día,  un récord para una persona que no era tan fan a tener gente a su alrededor.

-supongo que si -trata de sonreír pero le sale una mueca , algo que noto el joven bien vestido - Soy Daniel Evans, nuevo maestro de Biología un placer- se deshace del gancho y le muestra su mano derecha para estrecharala.

-Eric Cooper, maestro de literatura -le estrecha la mano un poco incomodo al sentir su piel tan fría y transpirada. Eric al saber que había un nuevo maestro  quería hacerle la bienvenida como lo había hecho con otros maestros era para si decirlo una costumbre pero al verlo le nació una curiosidad incontrolable ya que era una persona muy rara, por lo que había comentado Anne el había olido la puerta de roble de la oficina del rector algo demasiado extraño y quería saber mas sobre el misterioso profesor de Biología.

Diario de un Canival Donde viven las historias. Descúbrelo ahora