Cuando las heridas sanen.

Mi historia a tu lado (Kai)

~Yutaka~

Han pasado algunos meses desde que Takamasa se fue, justo cuando ya no podía ver la salida, cuando me sentía más atrapado que nunca... llegaste a liberarme para siempre Yuu...

Aún despierto algunos días y no puedo creer que se terminó la pesadilla, no se sinceramente como llegué a acostumbrarme al maltrato que ejercía sobre mí y la manera como conseguía que hiciera justo lo que él quería.

Recuerdo la última vez que discutí con él, esa vez me fue imposible ocultar las marcas de sus golpes, quise defenderme como otras veces que lo había hecho, pero su fuerza me superaba por mucho y sus palabras eran crueles, no sé qué era lo que me dolía más...

Me imagino que al verme ese día llegaste a la conclusión de que Takamasa era el responsable de las marcas en mi piel, no estabas equivocado... pero no sabes cómo me dolió verte lastimado por mi culpa, de haber sabido lo que iba a ocasionar hubiera tratado de impedir que te hiriera.

Pero te agradezco infinitamente, sin tu ayuda quizá nunca hubiera podido deshacerme de él.

No sé cómo agradecerte amor...

Estoy seguro que no lo sabes pero ya pasaron dos años desde la vez que estuvimos juntos, dos años desde esa vez que fui infinitamente feliz...

Aún recuerdo cuando entré a la banda tú no te dejaste convencer rápidamente por mí, me costó trabajo ganarme tu confianza y amistad pero lo hice y poco a poco nos fuimos volviendo grandes amigos.

Mi admiración fue creciendo hacia ti, me encantaba verte tocar con esa pasión con que sueles hacerlo y al platicar contigo me parecía que no había dos personas más compatibles en la faz de la tierra, nunca había sido muy bueno al relacionarme con la gente pero contigo era diferente, aunque al principio fuiste reacio a conocerme, al poco tiempo nos volvimos inseparables, no sabes cómo extraño eso.

La vez que peleé contigo por culpa de mis estúpidos celos hacia aquella mujer, me arrepentí instantáneamente, pero ya teníamos varios días peleando por tonterías, esa sólo fue la gota que derramó el vaso, acepto que yo fui el que inicio el distanciamiento entre tú y yo la primera vez pues para mí, verte con esa chica fue muy difícil de digerir, aún no puedo ni pronunciar su nombre, el solo hecho de verla u oír de ella me revuelve el estómago, y más después de saber lo que fue capaz de hacer con tal de separarnos.

Cuando fui a pedirte perdón después de que peleamos a golpes, tuve que reunir todo el valor que tenía. Aceptaba mi culpa así que me dirigí a tu casa, temblaba pues no sabía que era lo que te iba a decir, sólo quería verte y que me perdonarás... abriste la puerta sorprendido por mi presencia, te pedí disculpas, pero tú no las aceptaste fácilmente, querías saber el porqué de mi actitud... me quede helado, no sabía que contestarte, no podía decirte que estaba celoso de ella, no podía decirte que me había enamorado de ti... tenía miedo de que te burlaras, sólo pensaba en lo que podría expresar en mi defensa, mantenía la vista agachada y tú insistías en que te diera una explicación de mi actitud, cuando levante la mirada y te vi, algo me impulso a besarte... me acerque a ti buscando unir mis labios a los tuyos, cuando por fin los sentí, no me decepcionaron, eran justo como imagine que serían, suaves, calidos y se movían con una cadencia única. Pronto me encontré perdido entre aquellos labios sensuales y apasionados, que me elevaron al cielo en un instante, podría jurar que en ese momento alcance el firmamento a tu lado.

Los días que siguieron a nuestro primer beso estuvieron llenos de dudas, al menos de tu parte, pero un tiempo después cediste a tus sentimientos.

El día que nuestros cuerpos se fundieron te deseaba profundamente, aunque en realidad no sabía cómo íbamos a hacerlo. Ni tu ni yo teníamos la certeza de cómo continuar, sólo dejamos que nuestros cuerpos buscaran la mejor manera de hacerlo, el momento fue mágico, ni siquiera tengo palabras para describir todo lo que sentí a tu lado, amarte en ese momento fue lo mejor que pudo pasarme en la vida.