MUCHO LADRAR Y POCO MORDER

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Cuando me levanté del sueño me di cuenta de que no había cenado. Tenía un mensaje de Jane:

JANE: hey lucy! you want to meet in the park with me?

LUCÍA: all right! at half past six it's ok??

JANE: perfect. See you later!

LUCÍA: bay bay

Me parecía que debía tener una amiga. Con la que hablar y con la que pasarlo bien. Lo necesitaba. Había pasado demasiado tiempo hablando con mis libros. Tenía la estantería de ellos. había de todo tipo. Leer es una de las pocas cosas que no han cambiado desde que vine de Madrid.

Bajé a desayunar tranquilamente, hoy era sábado.

- Hija - me llamó mi madre - te noto mas feliz. Has sacado algún 10.

- Eh... sí, en biología y en matemáticas. - era a mentira, no las notas, eso era cierto, pero no estaba feliz por eso.

- Qué orgullosa estoy de ti cariño - es lo único que le interesaba de mí, mis notas. Desde que habíamos llegado no me había preguntado por mi vida, ¿te va bien en clase? o ¿Tienes ya un novio? eran preguntas que parecían habérselas olvidado desde que llegamos aquí.

Me preparé el desayuno y le dije a mi madre que iría a comprarme algo de ropa para la primavera. Me puse una camiseta negra y fina de mangas que me llegaban a los codos, era mas larga por detrás que por delante y debajo del escote ponía: L'AMOUR TOJOURS. me puse unos vaqueros negros pitillos con muchos rotos por aquí y por allá. Me puse unos calcetines negros con tréboles rojos y encima unas Vans rosa chillón. No me pinté, no me hacía falta. Bajé las escaleras de tres en tres. No me gustaban los ascensores y como vivía en un cuarto pues no me importaba mucho. Ya en la calle el que parecía haberme cogido cariño era el vagabundo. - Los sueños se hacen realidad. No lo olvides.

- No podría olvidarlo.

Seguí caminando tenia pensado ir a comprar a lefties, H&M y a Pull&Bear ya que no necesitaba nada serio de vestir. El camino se me hizo muy corto. Primero LA VERDAD TE HARÁ LIBRE segundo NO QUÉ DEL TIEMPO y ahora LO DE LOS SUEÑOS... Cada vez me parecía mas siniestro...

Primero fui a Lefties me cogí un par de blusas con estampados, una falda granate y unos pantalones verdes como los ojos de Kyle, pero no tan bonitos. Después de me acerqué a H&M que estaba muy cerca y me compré tres camisetas en las que venían estampadas unas frases y dos sudaderas, una rosa y otra de color negro. En Pull&Bear me compré una camiseta que dejaba ver mi ombligo en la que ponía: do you want a kiss? y unos botines negros y accesorios como collares, pendientes y una mochila de cuerdas de la que me enamoré.

Mis padres no andaban mal de dinero. Mi madre era abogada y mi padre ingeniero aeronáutico. Lis dos tenían un buen trabajo, mi padre trabajaba en la NASA y mi madre había abierto un bufete de abogados que se había vuelto muy prestijioso. De todas formas yo ni gastaba mucho. Nos vinimos con lo puesto porque nos lo podíamos permitir, a sí que cuando lo necesitaba iba al centro y compraba lo que necesitase.

Eran las 18:15 me quedaban quince minutos para llegar al parque que no estaba muy lejos. De camino un realizador de encuestas me preguntó por la marca de mi móvil. Le enseñé el IPhone y le dije que tenía prisa. Llegué al parque a y trece minutos. Pero Jane ya estaba allí, parecía estar hablando con un chico un par de años mayor que ella y que era tremendamente parecido a ella. Serán familia. Me acerqué a ella una vez el chico se hubo ido.

- Hola - saludé y ella me regaló una sonrisa de revista.

- Hola qué alegría me da verte - reparó en las bolsas - has venido corriendo por lo que veo.

- Eh si... Vine aquí con lo puesto a si que necesitaba ropa para el cambio de tiempo.

- ¡Qué emocionante!

Empezamos a hablar, de gustos y aficiones. Resultó que queríamos estudiar en la misma universidad, ella no tenía claro si una ingeniería o psicología y yo medicina. Su grupo favorito era Queen y los Beatles. La música que me gustaba a mí era de todo tipo, destacar música de imagine dragons, avicii o passanger por no hablar de one republic. También hablamos de cine y libros. A ella también le gustaba leer. Nos contamos anécdotas la una a la otra. Intimamos y podría decirse que empezó una bonita amistad. Todo parecía ir bien hasta que aparecieron Sarah y su séquito de cheerleaders.

- ¡Hombre si nuestra zorra barata ahora tiene escudero! No tiene amigas y se junta con la triste dependienta de una tienda interior.

- Sara, ¿No crees que eres un poco hipócrita? Yo no soy la que se ha tirado a TODO el equipo de fútbol. - Todas sus amigas susurraban un ohhh que confirmó lo mal que la  había dejado - Y por cierto, ella tiene un trabajo ahora por el que tú suplicarás cuando seas una fracasada. - Se acercó para pegarme.

- Te voy a cruzar la cara gilipollas - cuando levantó la mano mi cabeza estaba ya en modo defensa. Como vio mi expresión dura se arrepintió y se dio la vuelta seguida de un puñado de Nancis de fábrica.

- Wow. tenias que haberte visto la cara parecía un muro de acero.

- Ya, en otra vida fui guerrera.

Nos despedimos y volví a casa a paso ligero. Sin detenerme a pensar en lo ocurrido aquella tarde. Para mi sorpresa mis padres no estaban trabajando y se encontraban en casa. Tuvimos una cena rápida y ninguno estábamos muy comunicativo. Subí a mi habitación. Para mí era perfecta pues fui yo quien se encargó de diseñarla y amueblarla. me puse un pijama que estaba compuesto de un pantalón de lunares y una camiseta de manga larga con un gato. No concilié el sueño hasta muy pasadas las doce.

Mi subconsciente esperó a que llegase el sueño ambientado en el Renacimiento y junto a él mi otro yo y mi amante misterioso. Pero no llegó. Sin embargo llegó un sueño en el que yo salía con Kyle y Peter y Él me decían que, Peter, era mi hermano. El sueño era de locos. Últimamente mi vida era de locos. Primero, después de un semestre de acoso aparecen Kyle, el sexy y Peter, el fraternal. Segundo, hago una amiga, Jane, la alegre dependiente de la tienda de ropa interior. Tercero, un vagabundo me daba todas las mañanas algún extraño consejo sobre la vida. Y luego están las zorras de mi clase que ladran mucho y no muerden nada. La verdad es que si que impongo un poco, bastante, pero solo es por el aura que me rodea, mi madre me lo dice, serías una niña muy dulce si no parecieses una asesina a sueldo. Pero pensándolo, mejor, soy yo la que las teme. No físicamente, estoy bien entrenada, pero psicológicamente sí. Pues si que son tontas ¡No pararse a pensar eso!

Dulces sueños pequeña amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora