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Yo no persigo al destino
es él quien me sigue a mí.
En este camino tétrico
se redujo mi vivir,
entre verso y rima y verso;
en rima, rezo y esplín.
entre la sonrisa falsa
y lo húmedo del –"plic, plic".
Pero, cuando mis recuerdos,
me apresan pensando en ti,
pasan días, pasan horas,
la vida corta es feliz.
Y más feliz y corta es
cuando estás cerca de mí;
cuando el hálito se escapa
de tu bermejo sutil;
cuando tu cuerpo incorpóreo
me emborracha con su gin,
¡Oh! Cuando, entre tus cabellos
muerdo tus labios de lis.
Y cuando me temo, triste,
no verte nunca y morir,
pues no persigo al destino
es él quien me sigue a mí.

Mil Versos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora