Edimburgo, Escocia.
-¿Samantha Swift?-preguntó la profesora.
Se escucho un desanimado "presente" de parte de la alumna. Y así fue pasando toda la lista mientras que Ian Morgan disfrutaba un libro de la escalofriante poesía de Edgar Allan Poe. Sus ojos claros se encontraban enfrascados en las palabras, a pesar de que no les estaba prestando atención en absoluto. Sus compañeros ya estaban trabajando mientras el leía cómodamente, poema tras poema. El ceño se le fruncía cada vez mas, inconscientemente.
-Pssst -le dijo la chica junto a él.
La miró con un aire a soberbia. Se trataba de Louise Nova, una de las primeras estudiantes de la clase. Era morena, alta, de ojos negros y ángulos faciales definidos. Había sido siempre una gran tentación para la mayoría de los hombres, pero nunca lo fue para Ian.
Además, el novio de Louise era Payne Trevor, quién no era precisamente cariñoso con él. Payne era el capitán del equipo de fútbol y lucha libre del colegio, aparte de ser un genio matemático y dominar el francés a la perfección.
-Pssst -volvió a decir Louise, sacudiendo su oscura y bien peinada melena.
Ian rodó sus ojos y le susurró de vuelta:
-Hola Lou, ¿que quieres?
-Tengo un obsequio para ti, bonito -dijo antes de soltar una risilla tonta.
-Oh, que tierna. Gracias -replicó él sin interés-. Me lo das después de clases, ¿vale?
-Como digas.
Después de un rato, sonó la campana que anunciaba el fin de la hora de clases. Todos se pararon, incluyéndolos a ambos. Louise estaba usando una mini-falda escocesa de color rosado, junto con una blusa blanca abierta y una boina del mismo color de su falda. Ian iba a irse del salón, evitándola, pero alcanzó a agarrarle la manga antes de que se fuera.
-¿A donde crees que vas? Déjame darte tu obsequio antes de que vayas a vagar en la sala de música
-¿Cómo sabes que...? No, ¿sabes? Prefiero no saber.
Louise volvió a soltar esa risilla tonta que Ian tanto odiaba.
-Bueno, pues aquí está lo prometido -chilló al tenderle la caja de terciopelo azul.
Ian la observó con mucha atención antes de soltar una risa seca y decir:
-¿Vas a pedirme matrimonio, Lou? Pensé que tenías novio. Aún así, podría considerar tu oferta -se burló él, guiñándole un ojo.
-Ay, pero que tonto eres -dijo riendo-. Solo ábrela.
Ian le hizo caso y la abrió. Adentro de ella había un anillo de cuarzo, plata y oro. En él estaban tallados una letra griega y el nombre del dios de la música y la poesía. La letra era como una O, pero supuso que tenía otro nombre.
-La letra se llama Omicron -dijo Louise, como si estuviera leyéndole la mente-. Y supongo que sabes quien es Apolo. He visto que te pasas siempre leyendo poesía o haciendo quién sabe que cosas en la sala de música, entonces al ver el anillo me he acordado de ti.
-No esperaba nada así de parte tuya -admitió Ian.
Éste estaba a punto de darle las gracias, pero se escucharon pasos entrando a el salón y ambos miraron hacia la puerta.
-Sinceramente, yo tampoco lo esperaba de ti, Lou -dijo el personaje en la puerta. Se trataba de Payne Trevor, el compañero de Louise-. Hola, Ian.
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Olympus: El Legado de los Dioses
General Fiction12 adolescentes mortales fueron elegidos por los Dioses del Olimpo para cumplir una difícil tarea en la Tierra en su nombre; asegurarse de que los titanes no salgan del Tártaro. Pero, los Titanes habían hecho lo mismo que los dioses y sus elegidos p...