6. La Llegada

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 Se fueron todo el camino hablando y contando cosas de sus vidas, como habían encontrado sus amuletos, entre otras cosas, cuando la voz femenina a la que Ian llamó Ángela, ya que su nombre de comando era 4ng314, les indicó que debían ponerse el cinturón antes del aterrizaje.

 Además aprovechó de decirles que para comunicarse con ella debían ponerse los audífonos conectados a sus celulares, que ahora solo servirían para comunicarse con los demás miembros del equipo. Para contactar a Ángela debían marcar su nombre de comando.

 Lana estaba escuchando música cuando el avión finalmente aterrizó. Dan fue el primero ensalir, y todos los demás lo siguieron. Ella fue la última en bajar, y al hacerlo se dio cuenta de que se encontraba en... 

 -El monte Olimpo -susurró Kay.

 Lana quedó estupefacta. Nunca había visto tanta belleza en un solo lugar. El cielo estaba de un tono tan azul que podrías llegar a decir que estaba cubierto con un telón de seda color celeste, la temperatura no podía ser mas agradable, habían cascadas y riachuelos por doquier, además de arbustos y árboles enormes, fuentes hechas de mármol... Parecía el paraíso.

 Y lo es... Bueno, algo así.

 ¿Que? ¿De donde vino eso? Lana miró a su alrededor pero no vio nada mas que a sus compañeros alucinando por la belleza del lugar.

 No vas a poder verme, Lana. No sería decoroso que me vieras en mi forma original, al menos por unas semanas. Mi nombre es Artemisa, pero ya sabes quien soy y por que me dirijo a ti. Ahora solo vine a saludar. También quería decirte que siempre voy a estar escuchando lo que piensas y viendo lo que haces. Así que ten cuidado con echarle el ojo a alguno de tus compañeros.

 Escuchó una risilla y sintió como si una ventana se le cerrara en la cabeza. Sabía que la diosa se había marchado. Lana avanzó unos pasos, viendo una preciosa fuente con el nombre de su diosa mentora. Nunca se había cuestionado el por qué de la perfección y vanidad de los dioses de la mitología griega. Pero la verdad es que era un espectáculo admirable. No podía encontrar una sola imperfección en su rostro, un solo error o diferencia del resto de sus facciones.

 Y era solo una escultura.

 Escuchó un silbido. Dio media vuelta y se dio cuenta de que era Daniel.

 -Acabo de hablar con Zeus y me ha orientado en lo que es este lugar y que debemos hacer. Desde ahora, haremos todo en parejas. Alojamiento, entrenamiento, estudio, todo. Thomas, ¿tienes la lista?

 Thomas hizo un movimiento con su mano, haciendo que chispas de fuego salpicaran y lentamente un papel fue apareciendo. Tom lo miró con orgullo antes de decir:

 -Como bien dijo Kay, nos encontramos en el monte Olimpo, pero no precisamente. Este lugar se llama Bajo-Olimpo, y aquí es donde viviremos durante un tiempo. Hay seis habitaciones distintas donde nos quedaremos de a dos, como Dan ya les había mencionado.

 -Si, y nadie aparte de los que duerman en esa habitación tienen permiso para entrar. Cualquier tipo de encuentro debe ser en otra parte del lugar. La sala común es un ejemplo. Después tendremos tiempo para orientarnos -dijo Dan.

 -Las habitaciones tienen nombres de seis distintos puntos cardinales -prosiguió Tom-. En la habitación Norte se hospedarán Dan y Sophia.

 -Espera -dijo Sophia en shock-, ¿las habitaciones son mixtas?

 Tom titubeó.

 -Yo solo sigo ordenes, Sophia.

 Sophia refunfuñó y Dan se paso una mano por el bien peinado cabello. Tom resopló.

Olympus: El Legado de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora