Have you ever seen the lights? (Ryden)

Escena 4

Ryan había tenido pesadillas esa noche.
Había despertado tres veces, interrumpiendo su descanso debido a la horrible escena que se mostraba en sus sueños, donde una persona desconocida asesinaba cruelmente a sus padres, hasta que una luz blanca le cegaba y ahí...

Cada vez que despertaba lo hacía con el mismo resultado; él empapado de sudor, con lágrimas bajando por sus mejillas y sientiendo su corazón a punto de salir de su pecho. Se sentía patético.

Se dejó caer nuevamente en la cama, llevando una de sus manos a frotar su rostro tratando de calmar el dolor de cabeza que comenzaba a sentir. Era un desastre.

Optó por tratar de dormir nuevamente, logrando esta vez descansar un poco.

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Brendon había despertado muy bien ese día.
Había tenido un sueño relajante y se sentía descansado.

Decidió tomar una ducha rápida y ponerse ropa cómoda para ir a trabajar.
Su conjunto era sencillo; camisa lila junto con un pantalón negro de vestir algo ajustado, pero sin duda le favorecía.
Se peinó como todos los días y procedió a colocarse sus zapatos.
Al terminar con ello, caminó en dirección a la cocina donde se detuvo a preparar café.

Sobre la barra de la cocina dejó un plato hondo junto a una caja de cereal y el cartón de leche. Eso era lo que desayunaban los adolescentes, ¿no?

Brendon pensaba que Ryan realmente tenía mala suerte, por eso quería que el chiquillo estuviera tranquilo durante su estadía ahí. Cuando resolviera el caso pues... tal vez le conseguiría una beca en algún buen instituto o algo así, tenía buenos contactos que aún le debían ciertos "favores".
Pero por ahora debía encontrar la forma de animar al castaño, hacer que se levantara de la cama, tomara un baño y convencerlo de ir a la escuela.
-Suena sencillo.- pensó.

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La tarea no había sido sencilla.
Si bien Ryan ya estaba despierto, fue muy difícil sacarlo de la cama. Fácilmente estuvo media hora tratando de levantar al adolescente hasta que finalmente, éste mismo, harto de los tratos del mayor, se levantó y dirigió al baño.
-Y yo que pensaba ahogarme en mi desgracia.- susurró el más pequeño al entrar en el cuarto.

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Tomó una larga ducha en la que reprimir sus lágrimas fue su tarea más importante.
-Eres un hombre, George, debes superar esta situación. A mamá no le gustaría verte llorando. Y muchos menos a papá.- pensó mientras frotaba la esponja llena de jabón contra sus brazos.
Pasaba por una situación difícil, pero debía seguir adelante... o por lo menos intentarlo, ¿no?
No podía pasar el resto de su vida con ello, además, no quería complicarle más la vida al señor Urie.
Si bien había tenido algo de tolerancia (¿o compasión?) hacia su persona, no quería que éste anduviera lidiando con un chiquillo llorón y caprichoso como él.
Un suspiro abandonó los labios de Ryan mientras dejaba que el agua fría se llevara sus lágrimas y el jabón.

Mientras tanto, Brendon le había dejado un cambio de ropa sobre la cama. Era un simple pantalón de mezclilla y una camisa de manga larga blanca con franjas rojas.
Pensó en ir a casa del menor a juntar evidencias y aprovechar para traerle un poco de ropa.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó el momento en el que Ryan salía del baño con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo.
-Eh...
-¡Oh! Ahí estás.- mencionó el adulto con una sonrisa en sus labios.
-Sí, bueno, no creo que podría estar en otro lugar.- contestó el contrario con una cierta pizca de sarcasmo en su voz.
-Como sea, debes prepararte porque hoy irás a la escuela.- dijo tomando asiento sobre la cama.