Capítulo 3:
Observó detenidamente el pedazo de carne que se encontraba frente a él sintiéndose ligeramente intimidado. Era muy grande.
El mayor le miraba de forma detenida esperando a que el contrario hiciera algún movimiento.
-Es muy grande para mí.
-¡Oh! Lo siento, ¿quieres otra cosa?
-No, está bien, no tengo mucha hambre.
Brendon asintió retirando el plato con el corte de carne que se encontraba frente al menor.
-Si quieres, tengo un poco de pasta. Puedo recalentarla para ti.
-No es necesario, en verdad.- susurró el castaño bajando la mirada.
Su acompañante sólo suspiró y asintió con tranquilidad para después fijar su mirada en el más pequeño.
-¿Puedo hacerte unas preguntas básicas?
Ryan le miró con duda para finalmente encogerse de hombros.
-Dispare.
Una sonrisa se acomodó en los labios del detective y procedió a sentarse en frente del que sería interrogado.
Después de haber estado unas cuatro horas en el departamento de policía (dos inconsciente, una consciente y otra tratando de ser convencido por ese extraño detective para que lo acompañara a su departamento) finalmente había aceptado la invitación del señor Urie.
Así que ahí estaban.
En la mesa del comedor. Uno frente a otro.
-Bien Ryan, son preguntas sencillas, si te sientes incomodo con ellas sólo házmelo saber y pasaremos a otra.
El aludido asintió jugando con sus manos de manera distraída.
-¿A qué se dedicaban tus padres?
-Mamá era enfermera, pero hace tiempo se había pensionado. Hace dos o tres años. Mi papá trabajaba en una empresa farmacéutica, pero fue despedido también hace tres o cuatro años, uh, después encontró un trabajo más sencillo. Comenzó a ser el encargado de una farmacia en el centro de la ciudad. Había tomado el turno mixto.
-¿Turno mixto?
-Sí. Había veces que se iba muy temprano y regresaba realmente tarde. Pero normalmente llegaba como a las 2 a.m
Brendon comenzó a anotar los datos en una pequeña agenda mientras que Ryan se sentía un poco incómodo por la acción del mayor.
-¿Cómo era su relación? Bueno, la relación de tus padres.
El de ojos oscuros observó como el pequeño joven mordía suavemente su labio inferior.
-Complicada.- susurró tan bajito que apenas y le había escuchado.
-¿Complicada?
Un suspiró salió de los labios del más pequeño y Brendon pensó que tal vez pasaría de pregunta. Pero no fue así.
-Solían discutir mucho, cada vez que papá llegaba mamá se alteraba demasiado. A ella, bueno... uh, le gustaba beber mucho. Creo que esa era una de las principales razones por la cual se ponía así.
-¿Sabes por qué discutían?
Un leve movimiento de forma negativa con su cabeza fue la respuesta.
-Jamás lo supe. Cuando eso pasaba sólo me iba a mi habitación a encerrarme. No me gustaba oír sus gritos.- finalizó.
Urie notó la ligera incomodidad del chico y supo que era momento de cambiar de tema.
-Dime, ¿vas a la escuela?
La mirada del castaño subió nuevamente para posarse en la persona frente a él.
-Sí, me gusta.
Una pequeña carcajada salió de los labios del que permanecía haciendo anotaciones en su agenda. Era un tanto burlona. El menor se removió incómodo en su asiento.
-Eres el primer adolescente que conozco que le gusta la escuela.- admitió el mayor de los dos.
Las cejas del menor se juntaron en un claro gesto de enfado mientras que su boca formaba una línea recta apretada.
-¿Se está burlando?- cuestionó.
-Oh no, no lo hago, es sólo que es interesante.
Ryan puso los ojos en blanco para después cruzarse de brazos.
-¿Es todo?
-Es todo.
Al terminar la oración, el más alto se levantó de su lugar y caminó hasta un de los pasillos.
-Sígueme.
El castaño suspiró levantándose de su lugar para poder seguir al contrario.
Brendon caminó hasta una puerta de madera blanca, la abrió con cuidado y entró a la habitación siendo seguido por Ryan.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó con curiosidad el más pequeño.
-Aquí es donde tú vas a dormir.
Los ojos miel del huésped se pasearon curiosos por toda la habitación.
Las paredes eran blancas. La iluminación era perfecta. No había muchos muebles, pero los pocos que había estaban hechos de madera. La cama parecía muy cómoda y por el balcón se podían observar las luces de la ciudad.
-Bueno, no es mucho pero espero que estés cómodo. El baño esta detrás de esa puerta de ahí.- mencionó señalando tal objeto.- y si necesitas algo, yo estoy en la habitación siguiente.
-Uh, está bien, gracias.
Urie asintió para después susurrar un "Buenas noches" y salir del lugar.
Cuando finalmente estuvo solo, Ryan se sentó en la cama con cuidado. No tenía ganas de dormir, ni siquiera de tomar un baño o de comer. No quería ver a nadie. Ni siquiera a Spencer.
La primera lágrima cayó deslizándose rápidamente por su mejilla hasta acabar en el mentón. De ahí, le siguieron muchas más gotas saladas, cada vez más gruesas y rápidas.
Su cuerpo cayó sobre la cama y se abrazó fuertemente a sí mismo. Pequeños sollozos salían de su boca, por lo que mordió con fuerza sus labios para acallarlos.
Lloró amargamente por largos minutos hasta que finalmente el cansancio logró vencerlo y así, quedó profundamente dormido.
Detrás de la puerta de la habitación, el detective sentía pena por aquel chico. Tan joven y ahora destinado a estar solo en el mundo.
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Capítulo popo pero no tenía mucho tiempo ni imaginación:'( lo siento💔
Prometo que apartir de aquí todo sera más interesante (Oh ño(?) )
¡Hasta la próxima!
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Have you ever seen the lights? (Ryden)
Fiksi PenggemarEl joven Ryan Ross se ve envuelto en un acontecimiento trágico: La muerte de sus padres. El encargado de descubrir la causa del homicidio es el criminólogo, Brendon Urie. Lo que empieza como una pesadilla termina siendo algo peor. . . .