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Cuando eres inmortal, la vida deja de tener sentido.

No mueres, no tienes prisa por nada, la motivación no existe, y tampoco las sorpresas.

Vives el día a día intentando no caer en un ciclo infinito de locura...

Así vivía yo. Lo cierto es que lo llevaba bastante bien. Me lo pasaba lo mejor posible y trataba de divertirme todos los días, en lugar de hundirme en una desesperación inacabable.

Aunque no todo dura eternamente como mi cuerpo, y llegado a un momento, comencé a cansarme.

Pero éso fue hasta que le encontré.

Pero antes dejad que os hable de mi entretenimiento.

No creo que sea necesario decir a qué me gusta dedicar mi tiempo libre cuando soy el demonio noble de la lujuria, pero os recuerdo cuál es mi título por si alguno tiene mala memoria.

Siempre salgo a buscar "víctimas" a la superficie cuando tengo tiempo libre, y tengo de sobra...

Suele entretenerme bastante, ¿por qué no debería? Es una actividad realmente agradable e intensa.

Pero hubo una época en la que hasta de ella empecé a estar harto.

Todo habría caído desde ese punto si en un día de primavera, en un lugar del mundo que ya no recuerdo, no le hubiese encontrado.

Aún ahora, después de un par de miles de años, lo recuerdo. Tan bello, tan radiante, tan benévolo en su conjunto. Tan súmamente puro.

Pero es lo que uno espera del aspecto de un ángel, ¿no?

Un pelo de color rubio platino, con ojos dorados como el oro. Los ángeles no tienen alas, apenas tienen unas plumas en la zona donde se supone que están las orejas, blancas con aura dorada...

Me crucé con él mientras andaba sin rumbo. Había caminado durante días, viajando de ciudad en ciudad buscando entretenimiento.

Y lo encontré. Como una aparición.

Y no, no me acerqué a él como en esas series absurdas y libros sensacionalistas.

Era un ángel, yo un demonio. Quise matarlo.

Me acerqué a él con intenciones asesinas. Necesitaba sentir de nuevo algo.

Odio, euforia de la batalla, orgullo de la victoria...

Pero él se giró. Me miró con esos ojos dorados, y cuando levanté el puño para golpearle, lo único que dijo fue...

--Por favor, no dañes la rosa.

Demon's LiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora