Frans ¦ Día 5.

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Frisk solía siempre ir de un lado a otro cuando se trataba de hacer los quehaceres del hogar, había aceptado este hecho al aceptar vivir un tiempo con Sans puesto a que Papyrus se había ido de viaje junto a Undyne en un concurso de comida, tristemente, para no ser pesimista sabía que por lo menos no iban a obtener el último lugar.

Sans por el trabajo que tenia actualmente debía mantenerse en la ciudad, y como todos temían, dejarlo solo sería un asesinato, sin exagerar, Frisk se había ofrecido pero no fue tan buena idea cuando se dio cuenta que tenía que limpiar la casa diariamente.

Ahora mismo dejaba la ropa en la lavadora, era tarde y su pareja aun no había llegado a casa, no se preocupaba de esto hecho, pues siempre sucedía lo mismo, lo tenían exigido a actuar como un adulto responsable, forjar su comportamiento vago, y ciertamente habían resultados.

Trabajar no es fácil.

Frisk había decidido tomar una relajante ducha para calmar los nervios y estrés, era complicado ordenar y dejar la casa impecable y después estudiar hasta las horas de la madrugada, lo mejor era no pensar en sus responsabilidades y respirar tranquila.

Al salir de la tina se dio cuenta de un error, se había equivocado de ropa y la única "limpia" que tenía era la de Sans, su camiseta blanca y shorts, eso se le antojó una buena idea, su pareja no se iba a molestar si usaba lo suyo, no sería primera vez que sucedía estas cosas.

Se vistió relajada, no tenía apuros y ya había terminado con sus quehaceres, se revisó en el espejo arreglando las arrugas de la ropa, puesto a que siendo encontrada entre los rincones de la cama cual dormía con Sans, -donde él tenía estrictamente prohibido desordenar-, tenía algunos dobleces por sus huecos, olía aceptable, solo un poco a Ketchup.

La puerta del comedor se abrió llamando la atención de la joven, y como no, decidió bajar para saludar a su chico trabajador, el empleo le provocaba cambios de humor, más deseo de tirarse hasta en el suelo para dormir, Frisk comprendía el estado agobiado de Sans, no era fácil cambiar una forma de ser después de tantos años negando la determinación.

-- Hola Sans. ¿Como te ha ido?

Sans llevaba un estilo formal y propio de un trabajador, pero apenas dejó su bolso en el suelo inmediatamente se comenzó a quitar sus prendas, como si estuvieran manchadas.

-- heya, frisk. --Saludó quitando cada botón de su camisa, Frisk acostumbraba ver el torso del esqueleto, era habitual querer cambiarse ropa a la casual.-- estoy... hambriento. se me acabó el Ketchup en medio almuerzo y sin eso no puedo sobrevivir.

Y eso le recordó que tenía toda la ropa de su pareja excepto la puesta en la lavadora.

Frisk tragó saliva y sonriendo nerviosa se fue directo a la cocina a buscar lo suficiente para cenar, por supuesto que Sans notó su actitud y claro está, la ropa que vestía y sospechando se fue a buscar algo más cómodo que un traje.

Y ahí empezó el problema.

-- ¿dónde está toda la ropa? no hay nada.

-- Lavándose. --Frisk, con un bote de Ketchup en sus manos se lo ofreció al semidesnudo esqueleto quien veía extrañado la situación.

-- ¿y por qué tienes puesta la mía?

-- Digamos que... ¿Me equivoqué? Está sucia pero era lo primero que encontré después de bañarme.

-- es decir que andas sin ropa interior.

-- Pervertido.

Por lo menos su sonrisa más relajada significaba que no estaba enojado con ella, ambos se lo tomaron como un momento gracioso y suspiraron risueños, Sans tomó un trago agradeciendo y de paso dándole un pequeño beso a la menor como saludo.

-- Aun así, no quiero estar más con estos pantalones, y hace frío.

-- Mh... --Sabía que existía dos formas de interpretar esa frase, la cena estaba calentando en el microondas y demoraría unos minutos más, no había tiempo que perder, y la idea vino tan fugaz que rió por lo bajo.-- Ya sé, puedes usar mi ropa.

-- suena más eficiente que tú te saques la ropa, me la das, y te pones la tuya.

-- No quiero. Quería usarla para un motivo especial... Además a ti se te ve bien seguramente.

Sans sintió un mal presentimiento, no podía negarse a las peticiones de la pelicorto, quien sonreía traviesa y con intenciones claramente malvadas, no pudo protestar cuando ella ya estaba subiendo las escaleras saltándose un escalón, y entrando a la habitación.

-

-- esto es ridículo.

Sans estaba mirando el espejo de cuerpo completo que Frisk sacó de la habitación de Papyrus, llevaba puesto una falda rosada y un abrigo más claro, pomposo en demasía y a cualquier movimiento ligero del mayor la falda oscilaba con libertad.

Frisk se reía a carcajadas por lo adorable que se veía su pareja en su sencillo vestido, tomando su barriga por el dolor que estaba comenzando a sentir, Sans estaba sonrojado y se miraba intentando comprender como llegó hasta ahí. No es que le avergonzara usar vestidos, podía hacerlo, le daba igual, sin embargo el cansancio y su humor actual le provocaba un revuelto incómodo en su alma.

-- Te ves adorable, Sans. --Masculló terminando de reír, secándose la lagrima que se coló por la risa.

-- se vería mejor en ti. más que mi ropa.

-- Solo será por mientras, la ropa seguramente está en la secadora.

-- Pff. okey, por este rato lo acepto, de todos modos, se me ve bien.

Abrazó a Frisk con delicadeza y dieron unos sencillos pasos de bailes con la excusa de agitar las ropas, divertidos hasta que la máquina les avisó que la ropa estaba lista.

¦ Usar la ropa del otro.

Frans ¦ 30 días de Otp. [Hasta Día 5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora