Capítulo 3 - Rencor Cicatrizado

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Arrinconada por un niño de casi 10 años. No se podía caer más bajo.
Tal vez hubiera ciertas sospechas, pero solo era un niño. No creo que hubiese manera que aquel piojo pudiese sacarme información sobre mi misión.

-¿Quién eres?- Dijo Ryu en tono serio manteniendo la compostura.
No soltaba sus libros y su mirada de ojos azules era heladora. Parecía todo un adulto.
-No creo que vengas a un castillo real por asuntos laborales. Menos, armada...-

Me dejó muda. ¿Que responderle a un mocoso tan perspicaz? Sus repuestas punzaban más que el arma que sostenía en su mano relajada. Sabía que no la llegaría a utilizar por su torpe agarre, pero aún así seguía siendo un niño que estaba armado. No podía hacer movimientos bruscos.

-¿Quién soy yo..? Primero dime quién eres tú-. Le contesté con seguridad en mi misma mientras me cruzaba de brazos. Pero de inmediato respondió con tono cortante.
-Habla tú primero. Puedo contarle a todos que pretendes aquí... no tardarían en desterrarte por una larga temporada-.

Mi mente se estremeció y mis brazos colgaron con un rostro de nerviosismo casi por segundos.
No podía fallar esta misión por culpa de un estúpido niño. El fracaso no estaba en mi lista.
No me quedaba otra que rendirme ante un crío.

-Bien bien. Tú ganas... te lo contaré, pero no cuentes nada a los demás. ¿Lo prometes?-. Dije con un tono severo y una mueca arisca, a lo que respondió el chico ladeando la cabeza.

¿Me estaba tomando enserio? Seré una sicaria, mentirosa, ladrona... pero las promesas me las tomo muy enserio.
Así que le repetí mi pregunta con algo de agresividad. -¿Entendiste?-.

El chico me miró con sus ojos claros directamente a los míos y levemente asintió cerrando su boca de la sorpresa.

Esto es tan psicodélico. Yo, la mayor fugitiva de todos los reinos contando mis planes a un crió de probablemente diez años, que me amenazaba con un puñal y la realidad de desterrarme... chivato.
¡Lo peor es que se lo voy a decir!

Tal vez debería deshacerme de él una vez acabe con la misión. Conoce mi identidad, una vez le diga todo no estaré segura por muchos disfraces que me ponga.

-Bien.. humm. Me llamo ___, pero.. la gente me conoce como... No.2- Mis últimas palabras las dije en un tono más bajo, casi susurrante, no podía fiarme ni de las plantas, cualquiera podría estar escuchando tras las paredes.

Mientras miraba a mí alrededor insegura me fijé en la expresión del chico, quién no entendía la situación. -Jamás he escuchado de ti... - Contestó el, con un tono de curiosidad. -¡Pues así mejor! Digamos que me conocen por hacer cosas malas-.

Ryu abrió su boca con una claro "Aaah~" para entender gran mayoría de lo que ocurría.
-¿Y porque alguien así está aquí...?- Preguntó con algo de inseguridad y me apuntó con el puñal para invitarme a responder antes.
¿Donde han enseñado a este crio a chantajear así a sus mayores?

-¡Heey! Venga, venga. Te lo voy a decir baja eso-
Cogí algo de aire y coloqué mis manos sobre mis caderas. -Vengo.. a robar a la familia real-. Lo dije con tono seguro y mirada sería.

Pero el niño me demostraba una expresión muy diferente, pero algo habitual a lo que suelo ver.
Ahora el pequeño Ryu estaba asustado, con nerviosismo soltó el puñal y su voz temblaba. Su expresión estaba congelada en un instante, los ojos abiertos como platos y la boca abierta de la sorpresa. Era algo que demostraba que por muy fuerte y valiente que se quisiera aparentar ser, ese mocoso, seguía siendo un niño que aún necesitaba la protección de los mayores.

[ Obi x Tú ] En busca y capturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora