CAPITULO 4:

528 11 0
                                    

Los abro y me encuentro en un bonito prado, ya de noche con la luna iluminando. Estamos rodeados de unas preciosas flores rojas, arboles altísimos y el cielo está lleno de estrellas. Me levanto del suelo y miro a Harry.

- ¿Para qué hemos salido si íbamos a acabar en otro bosque? –me rio-.

- Este bosque me gusta más, aparte de que hay una casita donde podemos estar y nadie nos vera.

- Normalmente no me escapo de casa, y tú me has hecho salir más de casa de lo que me hubiera gustado. –sonrió-. Ok, ¿Y donde esta esa casa que dices?

- Sígueme, solo si puedes. –se ríe y empieza a correr-.

A no, a eso si que no me retan, porque siempre que lo hacen, acaban perdiendo. Empiezo a correr, y lo adelanto sin problemas. El me mira, se ríe y corre más, adelantándome. Sonrió y corro todo lo que puedo. No sé cómo se lo hace el chico, que me ha ganado. Llegamos a una casita, no muy pequeña, pero tampoco como en la que estaba con mi familia en la nieve, es normalita.

- Te gane. –se ríe-. Bueno, ¿entras? –Me dice abriéndome la puerta-.

- No me has llevado hasta aquí para que me quede en la calle. –me rio y entro dentro, él entra detrás de mí y cierra la puerta-.

La casa por dentro es bastante bonita. El salón es acogedor, con un sofá grande, una alfombra de colores cálidos, una televisión encima de una mesa de madera. Hay unas estanterías con algunos objetos decorativos y en la pared hay algunos cuadros. Luego al fondo hay unas escaleras que conducen seguramente al segundo piso. A la derecha hay una puerta, donde está la cocina. A la izquierda veo lo que es el cuarto de baño.

- Bueno, no es una casa de lujo, pero tiene lo necesario.

- ¿La has hecho tú?

- Si, la hice para cuando no quisiera estar en casa y quisiera pasar un rato solo. Sé que para eso estan las habitaciones, pero no tenía toda la tranquilidad que deseaba.

- Entiendo. Bueno, yo me voy al piso de arriba a ver el resto de la casa. –Sonrío y me dirijo a la escalera-.

Encuentro una habitación, con una gran cama. Una habitación lila, con un armario, un sillón, unas mesitas de noche, una alfombra de diferentes tonalidades lilas y una mesa de escritorio. En la pared hay un gran espejo y unas estanterías con objetos decorativos.

Paso a la siguiente habitación, y se nota que es la de Harry. Allí hay una cama, grande también, un armario, medio abierto, saliendo la ropa.

Por curiosidad, decido entrar y mirar bien la habitación. Veo en el espejo de su habitación algunas fotos pegadas. Las miro bien, muchas son con su familia, otras con su hermana. Pero la ultima que veo, me provoca celos, y a la vez tristeza. Es una foto medio quemada, de él, con aspecto humano, guapísimo, con una chica humana. Estan besándose, quizás es eso lo que me provoca celos. La tristeza, es que quizás Harry no ve nada en mí, porque por mucho que odiara la idea de que le engaño, sigue amándola. Y esa chica no está muerta, así que si algún día Harry se la encontrara, perfectamente podrían volver a estar juntos. Sigo mirando su habitación y debajo de su cama encuentro una caja. La saco y la abro. Dentro hay más fotos, objetos y muchas cosas más, relacionadas con esa chica. Miro las fotos, en todas Harry tiene una sonrisa. Miro detrás de las fotos haber si encuentro el nombre de la chica, pero nada, solo pone fechas.

Sigo mirando, desanimada, porque ver todo eso me mata. Al final, encuentro una foto de ella sola. Todo el rato, que miro esas fotos, me recuerdan a mi amiga Raquel. Puede que sean estupideces, pero no siempre tiene porque ser así. Giro la foto y por fin sale el nombre. Pone en tinta: Elizabeth. Es curioso, Raquel una vez me hablo de una tal Elizabeth…

Lazos de Sangre - Harry Styles & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora