Lo impensado del amor.

Capítulo 1: Orgullosa.

Sábado 24 de junio de 2017

POV Alisson:

-¡Alisson, despierta de una vez si quieres acompañarme!- así se escuchaban los gritos de mi amorosa madre desde la planta baja. Durante la cena, le había asegurado que la acompañaría a su trabajo en el hospital, así que no me quedo de otra que levantarme y meterme a la ducha.

Debo estar loca por no aprovechar mi único día en el que puedo dormir todo el día en ir a ayudar a mi madre. Pero estoy segura que no dirían lo mismo si vieran la dedicación y el amor que le brinda a su trabajo y a sus pacientes. Sé que esto es importante para ella, y me siento orgullosa de que así sea.

Hace unos cinco años nos mudamos aquí, San Francisco no es de los lugares más tranquilos, aunque no puedo negar que nos fue fácil adaptarnos a este movido estilo de vida. Nuestra vida aquí es bonita, sin muchos cambios en verdad, pero así está más que perfecta.

Ya vestida y peinada, baje a desayunar junto con mi madre que me apuraba como una histérica, ya que odiaba llegar tarde a su trabajo. Salimos hacia su BMW X5 blanca y emprendimos camino. Al llegar, ya suficiente trabajo le esperaba, por lo que mi mañana se baso en ayudarla con el historial de los pacientes en su consultorio.

Llegada la hora del almuerzo, llamamos a papá para que saliéramos a comer los tres. En verdad cabe resaltar que soy su única hija, pero no una caprichosa insoportable, aunque me sienta bien así como estamos. Además de que ambos de mis padres tienen hermanos con hijos, por lo tanto si tengo muchos primos, todos mayores que yo.

-Hola princesas, ¿qué tal fue su día?- preguntó papá luego de saludarnos y sentarse a mi lado.

-Pues muy bien diría yo, ¿qué tal a ti?- le respondí con una sonrisa. Observándolo bien, mi padre era un hombre muy guapo, y ni que hablar de mi madre, ambos eran dos jóvenes atractivos, ya que me tuvieron a muy corta edad. Pero la manera en la que se demostraban cuanto me amaban y cuanto se amaban era lo que me hacía sentir completa, solo pedía que el amor que transmitían sus ojos no se acabara jamás.

-Me fue bien, aunque un poco agotador, pero cosas de empresas ¿no?- respondió sacándome de mi divagación. Él trabajaba en su propia empresa, que la fundó hace unos 4 años aquí en San Francisco, supongo que el esfuerzo de pasar tantas horas de trabajo valió la pena, porque le iba de maravilla. Al igual que a mi madre siendo doctora, ambos dedicados a lo que siempre soñaron.

Luego de almorzar me dirigí a casa mientras ellos volvían a sus respectivos trabajos. En unas dos horas, mi insistente mejor amigo pasaría a recogerme, ya que saldríamos al cine. Había estado insistiendo toda la semana para que lo acompañara a ver la increíble película de la que él hablaba. Me duche nuevamente y me vestí bonita pero casual, me maquillé un poco y baje a mirar televisión mientras el llegaba.

Pasados unos veinte minutos, el timbre de mi casa sonó indicando que no había tenido que esperar mucho.

-Pero que sexy mejor amiga que tengo- me alagó examinando mi atuendo- un honor que seas mi acompañante-.

-Pues mi mejor amigo no se queda atrás- respondí repitiendo su acción y dedicándole una sonrisa.

Nos montamos en su hermoso Mercedes-Benz SLR. Tyler ama los autos deportivos, así que ni siquiera me sorprendió cuando su papá le obsequio el auto para su cumpleaños 17. Mi preferencia son las motos, por lo que para mi cumpleaños mis padres me obsequiaron una increíble Yamaha YZF- R6.

Aparcamos en el estacionamiento a un lado del cine, compramos las entradas. Ty me abrazó por la cintura, cuando un chico se acerco a coquetearme, como el celoso que es, y entramos a ver la película.

Cuando estábamos saliendo, Tyler me rodeó con sus brazos, me giró y me besó, ya que estaba molesto porque un par de chicos no paraban de mirarme. Sonreí y correspondí su beso divertida por su actitud infantil. Acto seguido salimos del lugar y nos dirigimos a casa, ya que en la noche nos juntaríamos con nuestros amigos para salir a una fiesta organizada por una compañera de universidad. No era de esas locas adolecentes que tomaban hasta perder la conciencia, más bien me gustaba salir con amigos y tomar unos tragos.

A las once de la noche en punto, como habían prometido se encontraban en la puerta de mi casa. Yo me encontraba vestida y maquillada informal, al igual que mis amigos. Como todos habíamos cenado en nuestros respectivos hogares, nos dirigimos directamente hacia la fiesta. Y el resto de la noche fue solamente diversión.

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Hola, mi nombre es Melina y espero que les guste la historia que voy a comenzar, es mi primera novela. Me encantaría que me dejarán comentarios de como les parece la novela, correcciones o sugerencias. Muchas gracias por leer! Besos.