18.

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-Nathan - murmuro- Nathan...

-Dime gatita, ¿qué pasa? - dice riéndose, supongo que tengo cara de medio dormida y debo ser graciosa.

-No me dejes dormirme, tengo que ver mi película favorita - digo tras un bostezo.

-Tranquila, puedes dormir, terminó hace poco.

-¿Qué? en serio, soy despreciable, malditas pastillas...

-Oye, esas pastillas hacen que ya no veas a una chica que en verdad es despreciable, yo de ti no las maldigo - la verdad no sé si me está hablando en plan broma o en serio.

-Ya, lo que maldigo es la maldita somnolencia, me desmayé por esas pastillas - bostezo de nuevo en la mitad de la oración.

-Bueno mejor quitamos ese tema, ¿tu madre no te ha llamado? es un poco tarde...

-Sabes como es ella, tiene "reuniones importantes".

-En ese caso, no hay razón por la cual no te puedas quedar dormida ahora, adelante.

-Si tú lo dices... - Él me da un beso en la frente y en eso me duermo.

En cuanto despierto me percato de algo, no estoy en la casa de Nathan, estoy en una especie de habitación blanca, tiene paredes acolchadas y en ellas un espejo, en frente mía hay una puerta también color blanca con una ventanilla en la parte superior, ¿En dónde diablos estoy?

-Así que al final decidiste despertar, por fin, - ¿De quién es esa voz? - parecía que estuvieras en un coma inducido. - ¿Es esto real? debe serlo, tomé estas pastillas.

Sé que no es un sueño, hay un espejo pero tengo que confirmarlo, intento levantarme, pero se me es casi imposible, tengo puesta una camisa de fuerza, hago el mayor esfuerzo hasta lograrlo y me acerco, puedo verme perfectamente, piel pálida, ojos grises con ojeras enormes, aunque hay cosas que no concuerdan con mi aspecto físico, o al menos el que recordaba tener. Tengo el cabello más corto, estoy muy delgada casi en los huesos, y por alguna razón tengo moretones por toda mi cara, además de tener una especie de marcas en mis cienes.

-Esto es real, si es lo que intentabas confirmar, ¿Estás sorprendida de verte en ese espejo? parece que ni tú misma te reconoces.

-¿Quién eres?- parezco un bebé al hablar.

-¿No me reconoces? Vaya que fue demasiado tiempo para ti aquí.

-¿Y dónde se supone qué es aquí y tú dónde mierda estás? - miro a todos lados, y capto unas pequeñas cámaras que vigilan el lugar.

-Bueno, en primer lugar mira como le estás hablando a tu propio padre, te eduqué como a una señorita, no a una mojigata.

-¿Padre? Eso no es cierto, mi padre murió junto con mi hermano cuando tenía 9, ¿Dónde está Jannet?

-No me sorprende que decidieras tomarme por muerto, pero ¿a tu hermano de verdad? Dolió, por cierto ¿Quién carajo es Jannet?

-Jannet es... Mi madre -voy a admitirlo algo dentro de mí se sintió bien al decirlo - y mi hermano y mi padre están muertos, deja de mentir.

-¿Jannet es tu madre? Oh vaya que tenemos un problema, es muy difícil controlar lo que te creas por ti sola, en todo caso, tienes una visita.

La puerta se abre de forma muy misteriosamente, ya sabes como de película. En ella hay una conocida figura es... -¿¡Nathan!?





Diario De Una EsquizofrénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora