Capitulo 34

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Fabiola me llamaba a gritos y casi se va de para atrás cuando asome la cabeza. 

-Martina!!!, casi me matas de un susto, Dios!!.-Se agarro el corazon con el rostro deformado por el susto.-Oye te llamaba para que nos vinieras a echar una mano con la cena, así te despejas un poco.-Se acomodo un poco el delantal. Guarde el diario entre mi ropa interior y la falda , saque un poco la blusa para ocultarlo bien. Le sonreí falsamente. Le extendí la bolsa y ella de inmediato la alcanzo y la puso en el piso, opte por dejar la escoba, recogedor y trapero allí para tener una excusa para volver a subir e investigar todo a fondo. Puse mis pies en la escalera y fui bajando despacito, con el sentimiento de que me iba a caer. Fabiola me cogió de la muñeca logrando estabilizarme y llegar sana y salva al suelo. Con el banquillo pude cerrar la puerta del ático. Fabiola me observaba con rareza tratando de descifrar mi expresión. 

-¿Qué pasa?.-Pregunte mientras bajábamos las escaleras. 

-Pues, no se, dime tu, tienes cara de haber visto al mismo fantasma de Canterville.- Comento tratando de sonar divertida pero en cierta forma para mi fue una experiencia de terror. No podía imaginar la manera brutal en que fue secuestrada mi ex suegra. La cual era la única persona totalmente buena de esa familia. 

-Pues créeme que aquel cuarto tiene un aspecto gélido y hostil.-  Conteste en un susurro. Me observo sorprendida.

-¿Verdad que si?, cada una de nosotras le huye a aquel oficio ya que apenas entras un escalofrió recorre todo tu columna vertebral y se te pone la piel de gallina.-A medida que lo decía pasaba sus manos por sus brazos y fingía un estremecimiento. Aquello me puso a pensar un poco.

-¿Y si allí se practico un crimen?.- Pregunte sacando conclusiones. Ella se presigno de inmediato.

-Dios nos libre.-Murmuro con estupefacción.- Pero hablando sin tanta cosa, la familia Lanzani siempre me ha dado mala espina.- Susurro como un secreto. Coincidí con ella totalmente los Lanzani siempre me habían parecido personas un poco extrañas y con los cables cruzados. Al llegar a la cocina, me dio una ultima mirada antes de ir con Mirta. Todas estaban bailando al ritmo de la "Macarena" y reían despreocupadas, aquello hizo que mi animo subiera mientras las seguía. Mirta golpeo mi cadera con la suya haciéndome retroceder un poco. Jesús!! esa mujer tiene fuerza.

-Bueno cariño, hoy prepararemos pastas a la boloñesa!!.-Exclamo emocionada mientras aplaudía.- Tu te encargaras de la salsa.-Asentí mientras sacaba todo de la nevera. Puse las verduras sobre la tabla de picar y empece a pelar y lavar. Mirta se encargo del pan de ajo. Flora de la ensalada. Fabiola y Angela de las pastas. Fatima empezó a preparar una torta de chocolate.  Mientras cortaba, mi mente empezó a maquinar sobre los hechos anteriores. Estaba aterrada. ¿Quien le haría eso a la mama de Peter?. Mi mente retrocedió al día que la conocí.

Flashback:

-Peter, presentamela.-Suplique a Peter mientras nos encontrábamos acostados en el césped del campus de la universidad. El sol estaba en lo mas alto del cielo y el calor se sentía delicioso en mi piel. Peter me tenia abrazada en su pecho mientras acariciaba suavemente mi cabello. Levante mi cabeza al ver que no respondía. Sus ojos estaban perdidos en algún lugar incierto mientras su cuerpo se tensaba debajo de mi. Llevaba una semana insistiendo en que me dejara conocer a su madre, él conocía a todos los miembros de mi familia y me parecía injusto que no me dejara conocer al miembro de la familia que tenia mas importancia. Empece a rozar su nariz con la mía suplicándole con mis ojos. Dio un suspiro resignado.

-Esta bien, ella vendrá por mi ya que mi auto esta en el taller.-Murmuro inseguro. Emocionada le plante un beso en la mejilla y la apreté mas fuerte contra mi. Luego un silencio incomodo nos invadió hasta que se dio la hora de salida. Peter se levanto y me ayudo a levantarme. Sacudí el pasto de mis jeans y colgué mi mochila rosa en mi espalda. Tome su mano y nos dirigimos a la salida. Una mujer bajita y delgada esperaba por nosotros en el portón, ella destilaba elegancia pero sobre todo humildad. Al llegar a ella Peter la abrazo un poco incomodo. Ella se quito sus enormes lentes oscuros y revelo unos hermosos ojos grises con expresión triste.- Mama, ella es Tini, mi novia.- Me impulso un poco hacia adelante. Ella sonrió abiertamente mientras me estrechaba entre sus brazos frágiles. Una melancolía me invadió de repente. Intente separarme de ella pero parecía no querer hacerlo nunca. Su cabello negro era tan largo que llegaba a su cintura. Después de unos minutos ella me sostuvo de los hombros y me miro fijamente. Su piel era blanca como la nieve y se veía como de mi edad. 

Que paso anoche?- JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora