Eran las 10am, aproximadamente, Camile, ya se encontraba haciendo el desayuno, el cual consistía en:
Fruta picada.
Baguette vegetariano o con salami y peperoni.
Subió las escaleras, con dirección hacia su cuarto, observó que Zalikah, tenía el pelo húmedo, y que su regadera estaba de igual forma; al ver que ella no poseía ropa para cambiarse, Camile, buscó entre la suya, y encontró una camisa de cuando jugaba en la Juventus, y un short de su infancia, los dejo en la mesa de noche, junto a las piedras protectoras que la noche anterior le quito a Zalikah, para que no se ahorcara, que estaban cerca de la cabecera, y le pego un posting escribiendo:
"Cuando despiertes, ponte esta ropa, la cual espero y te quede.
Te espero para el desayuno"
10:15am, Camile, para esperar a desayunar con Zalikah, se sentó en su sillón, en dónde había pasado la noche, y retomo la lectura del libro: "El perfume, historia de un asesino, del autor Patrick Süskind"
Paso una hora, Camile, seguía esperando que Zalikah despertara, él decidió esperar un rato más, pensado -A lo mejor no ha dormido bien en esta semana-. Por otro lado, la ya mencionada dama, comenzaba a abrir los ojos, y su primer impulso fue buscar sus piedras; se levantó de un golpe, observó la mesa para dormir del lado derecho, en la cual no se encontraba nada. De prisa volteo al lado izquierdo, donde Camile le había colocado la ropa; Zalikah tiro al piso dicha ropa, y al fin encontró sus collares con piedras.
- Uffff... -suspiro Zalikah, a modo de tranquilizarse.
Zalikah, al encontrarse más tranquila, volteo a ver la ropa que tiró al suelo, la agarró entre sus manos, extendió la camiseta de la Juventus de Camile, y observo que era demasiado grande para ella, así que se la colocó y realizó un nudo para que le quedara como ombliguera; después de ello, observo el short deportivo, se lo coloco, y en su parecer le quedaba enorme, por ello, mejor se dispuso a reutilizar el short del día anterior.
Cuando termino de cambiarse, bajo la mirada al suelo del cuarto, y logro ver el posting que le había dejado Camile, ella lo levantó, lo leyó, y bajo lentamente observando la casa de Camile.
Camile, al ver esta acción, dejo su libro, se levanto para ir a la mesa, donde estaba el desayuno, mientras decía en voz entendible.
- Sí que dormiste el día de hoy – Camile menciono esto, a modo de empezar la conversación.
- Jajá, muy gracioso – Contesto Zalikah
- Venga, mejor ven a desayunar – Dijo Camile de manera amable
- Bueno, pero... ¿qué hay de desayuno? – preguntando la bella dama
- Prepare algo de fruta, y uno que otro baguette – contestándole Camile a Zalikah
- Desayunaré fruta – respondió Zalikah
- Perfecto, entonces ven – mencionó Camile invitándola a la cocina
El desayuno se llenó de un par de risas y sonrisas, Camile, termino de pasarse el bocado frutal, y le dijo a Zalikah, si gustaba más, ella se negó con la cabeza, él no insistió y levantó su plato, para depositarlo en el fregadero, ella siguió sentada.
- Ahora vuelvo - comento Camile, porque debía ducharse y no quiso decirlo
- Esta bien – Contesto Zalikah
- No te vayas, si quieres puedes ver la televisión – Siendo caballeroso con ella
- No hace falta – contesto ella
En cuanto termino aquella platica, Camile subió las escaleras, se introdujo en su cuarto, se despojó la ropa, cuando por fin estaba completamente desnudo, se colocó sus sandalias, entro a su baño, abrió la regadera, de ella emanaba agua tibia prácticamente fría. Dicha agua, comenzaba a mojar su pelo rojizo, su cara y el cuerpo, comenzó a tallarse el cuero cabelludo con su shampoo, mojo el zacate y lo enjabono.
Mientras tanto, Zalikah, empezaba a aburrirse, por lo que generó, la intriga de husmear sin fin de robar nada, solo le interesaba saber un poco de Camile; empezó por sus libros, siguió por sus fotos, y terminó en el sillón sin nada que hacer.
Camile, salió del baño con la toalla en la cintura dejando ver el tronco superior del cuerpo, fue directamente a ponerse ropa interior; después de ello busco su ropa más cómoda, era sábado y quería descansar, por ello, tomo su pants gris, se colocó una camiseta azul, las calcetas eran color gris, y los tennis azules, haciendo una combinación sencilla, seco su pelo con la toalla, y lo peino con efecto hacia atrás, como siempre acostumbraba.
Cuando por fin termino, bajo las escaleras, mientras lo hacía, veía el rostro de Zalikah, Camile sonreía, ella se dio cuenta.
- Acaso tengo algo en el rostro o ¿por qué carajo te me quedas viendo? – preguntándole Zalikah a Camile
- Bueno... es que... - Camile, contesto titubeante
- Habla de una vez – esto lo menciono de forma muy directa Zalikah
- Bueno, lo diré, me agrada ver tus ojos y tu piel blanca – contesto él, algo nervioso
- Que tierno, pero mejor llévame a casa – respondiendo rápidamente Zalikah
- De acuerdo – dejando a un lado el nerviosismo
Durante el trayecto con dirección a los departamentos turísticos, Camile, explico el motivo por el cual ella despertó en su cama. Aclarada la situación, y llegando a los departamentos, Camile, se bajó para abrirle la puerta, pero Zalikah ya se había bajado del automóvil; se despidieron de mano, aunque Camile, esperaba que fuera de beso, lo cual no fue así.
- Espero verte luego Zalikah – a modo de despedirse
- Ya veremos, ¿Camile cierto? – contestando Zalikah
- Así es – Respondiendo Camile, mientras subía a su automóvil.
Zalikah, entró en los departamentos, entre tanta gente, Camile perdió el rastro de ella, por lo tanto, decidió retirarse con rumbo a su casa.
Camile, sintió el que el día se le fue de prisa, a pesar de que en todo el día se quedó en su cama, pero no del lado en donde se había dormido Zalikah; el olor de ella, emanaba de la almohada, era un olor dulce, como chocolate caliente con un poco del olor de las orquídeas recién nacidas en una primavera, debido a ese olor relajante, Camile se quedó dormido, entre sueños observo una masacre, donde los protagonistas eran los ángeles; inmediatamente despertó, y con sus conocimientos adquiridos por el entrenamiento de los monjes, empezó a deducir que significaba ese sueño o visión antigua.
10pm del sábado, Camile, no encontraba querencia ante aquel sueño, decidió dar un paseo para despejar la mente, salió con rumbo a la plaza, porque quedaba cerca de su casa y tenía ganas de un café; tomo rumbo hacia allá, esta vez sin sus característicos audífonos, solo pensaba en el sueño de aquella tarde.
Camile, lego de la plaza, eran las 12 de la madrugada, decidió ir a dormirse, por ello subió las escaleras, llego a su cuarto, y de nuevo olió el aroma de Zalikah emanando de la almohada; se volvio a relajar, se coloco el short para dormir, se quito la camisa, y se aventó a su cama para descansar.
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El protector oculto
Spiritualproyecto de escritura en conjunto. Está historia, es la continuación de "piedras protectoras" de la autora Cecy shaarawy.