II. NUEVA VIDA

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Cuando terminé de bañarme me despedí de la familia y Damián y yo nos fuimos a su casa. Al llegar estaban todos dormidos, me dijo que en lo que yo me balaba llamó para avisar que iba a dormir allí.
Nos dirigimos a su cuarto, me sudaban las manos porque sabía lo que iba a pasar, aunque he hecho el amor una y mil veces con él, cada vez era como si fuera la primera.
Al llegar a su habitación prendió el televisor, me senté y acurruque entre sus cobijas para embriagarme con el perfume de su esencia.

Me miró con esa mirada que solo un hombre puede hacerle a la mujer que ama, mi corazón se aceleró, pero lo pude controlar, aún no me besaba, así que no había motivo para que me excitara de tal manera. O si?
"Contrólate, va a pensar que estás urgida", pensé para mis adentros.
Después de ponerme el corazón a mil por hora, sin separar su mirada de la mía, se acercó a mí, me besó en los labios, poco a poco sus labios se deslizaron a mi cuello, y luego a mis pechos.

Luego regresó a mi cuello y se detuvo en mis labios por un intenso segundo.  Mientras tanto me quitaba el botón del pantalón y yo hacía lo mismo. Dejó de besarme para volver a mirarme.
-Te amo Aurora, eres todo lo que soy-.  Su mirada intensa.
-Yo también te amo Damián, sin ti nada tiene sentido.

Sé que es una frase que dicen comúnmente todas las parejas, pero lo que yo decía era verdad, él era todo mi mundo. Comenzó a besarme de nuevo, me quitó la blusa, hice lo mismo.
Sólo con la ropa interior puesta, nos besábamos y nos acariciamos el cuerpo con las manos, y con la esencia de nuestro amor, nos acariciábamos el alma.

-Me encanta tu calzón y tu sostén-.  Su mirada mostraba una excitación absoluta.
-Ya sé, me los acaba de regalar mi tía.
-Me regalas una vuelta?

Era una súplica. No me negué, me paré, tomó mi mano derecha y la alzó, me di la vuelta, en cuanto me la di me abrazó y me besó con vigor. La excitación era tremenda, comenzamos a sudar. Sus manos recorrían mi cuerpo ahora desnudo con ímpetu y delicadeza al mismo tiempo, mis manos hacían lo mismo.
El furor entre nosotros era enorme, lo amaba tanto que me entregaba a él sin temor al dolor, al fracaso, sabía que íbamos a estar por siempre juntos más allá de la muerte. Cuando terminó el ritual me acobijó entre sus brazos, estábamos bañados en sudor.

-Por qué me ves tanto?-. Su mirada penetraba la mía.
-Eres hermosa-. Su cara dibujaba una tierna sonrisa.
-Deja de mirarme por favor, ya me puse roja de la pena.
-No, tú eres mía y te puedo ver todas las veces que quiera-. Sí, era suya y él podía hacer conmigo lo que quisiera.
-Sí pero eso no te da el derecho de ponerme así.
-Así cómo?
-Nerviosa.
-No creo que te ponga nerviosa, eres una barbera al decirme eso-. Me apretó la nariz.

Me dió un beso en la boca, me acurrucó más fuerte con él, me susurró un "te amo", me besó en la cabeza y me quedé profundamente dormida.

Sentía sus frescos labios que recorrían nuevamente mi cuello, hasta que tocaron mis labios. Le respondí el beso, cada beso era mejor que subir a la montaña rusa más grande del mundo.
-Buenos días gatita. Domiste bien?-. Era tan guapo, su mirada me transportaba a otra dimensión.
-Sí, y tú?-. Contesté toda modorra.

-Las veces que duermo contigo son las veces que más bien he dormido en toda mi vida, aunque sean muy pocas, bueno, ya no van a ser pocas porque... -. Paró de repente y me miró.
-Sigue-. Le quise dar entrada para que continuara y dijera que por fin íbamos a vivir juntos, pero fue en vano.

-No quiero hablar de más-. Me tocó el vientre. -Te digo algo y no te enojas?
-Quieres hacerme el amor otra vez.
-Sí, pero si no quieres está bien.
-Qué hora es?
-Son las 8:26.
-Bueno entonces hay tiempo-. Me sonrió. "El mañanero es bueno para comenzar bien el día",  pensé mientras comenzaba a acariciarme.

EL DESTINO DEL VERDADERO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora