Capitulo 6: Planes

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Me separo de mi abuela, ella vuelve al sillón donde estaba sentada yo trato de asumir todo lo que está pasando con calma.

— ¿Que va a pasar ahora? —les pregunto mirando a mi abuela a los ojos.

— Tenemos que irnos a Ávalon, estas en la mira de los cazadores, nuestros poderes son los más antiguos y por lo tanto los más poderosos. Debes empezar con tus clases — me contesta mi primo.

—¿Que tiene que ver el profesor Yen en todo esto? —les pregunto abriendo y mostrando la caja de terciopelo con el regalo que me dio, ellos me dedican una media sonrisa.

—Él es un profeta, no fue coincidencia que estuviera en tu universidad ya que hay una profecía que después te contare, él estaba seguro de que conocería a la protagonista de aquella profecía, apenas te vio supo que eras tú. Ese regalo es muy valioso, cuídalo al igual que el libro y los que nosotros te dimos, las joyas son de la corona. — asentí con la cabeza y preferí cambiar de tema.

— ¿Debo abandonar la carrera? — pregunto incrédula.

— Así es, tienes mucho que aprender, ese diario que tienes en las piernas te va ayudar a aprender resolver solo algunas de tus dudas, pero tienes que prepararte en todo el sentido de la palabra — contesta mi abuela.

— ¿Y cómo se supone que me voy a ir así de la nada? — les pregunto enarcando una ceja. Entonces Emiliano y mi abuela me miran con una sonrisa triunfante y me muestran unos folletos.

— Lo disfrazaremos todo Karlie, hablaremos con tu padre y le hablaremos sobre una beca completa en Londres para estudiar en una universidad exclusiva por un año, diremos que vivirás con mi abuela — contesta Emi sonriendo de oreja a oreja.

—¿Y si no accede? —pregunto yo.

—Para que se sienta más confiado le diré que puedo trabajar online e irme contigo todo el año, así no estarás sola — dice encogiéndose de hombros.

—¿por qué lo haces sonar tan fácil? — le pregunto molesta mientras me levanto del sillón, siento un calor en mi pecho que desciende hasta mi mano y de repente brota un brillo azul que estalla el jarrón de flores que había allí—¿Yo hice eso cierto? — dije en shock por lo que acababa de ver a lo que ellos asintieron con la cabeza — está bien hagámoslo.

(...)

Volvimos a la casa principal y mi abuela Clarisse se sentó en la sala a esperar mientras Emiliano y yo subimos a empacar mi maleta lo primero que empaque fue una pequeña maleta de mano donde guarde mi pasaporte, los collares que me dieron mi abuela y el profesor junto con la pulsera de Emi y el libro de mamá, al cabo de unos quince minutos ya habíamos terminado, estoy un poco nerviosa ya que no sé cómo reaccionara mi padre, ni que será lo que suceda después de esto, ni mucho menos cual es la profecía y porque soy la protagonista. Apenas terminamos de cerrar la última maleta, escuché abrirse la puerta y supe que era mi padre que había llegado.

Baje de la mano con mi primo, yo lo sujetaba con fuerza ya que tenía pánico de lo que pudiera pasar, nos encontramos con él en la sala y lo enfrentamos.

— Papá, necesito decirte algo — le dije mirándolo a los ojos.

—Claro hija, dime — me dijo sentándose en el sillón.

— Papi, me ofrecieron una beca completa para estudiar diseño en la universidad donde estudio Emiliano en Londres es un año académico, una estudiante renuncio a último momento y pues necesitan un reemplazo, la universidad supo de mi gracias a la él y están esperando una respuesta — le digo tratando de sonar lo más convincente.

— No lo sé hija, no habíamos pensado en que te fueras a estudiar al extranjero mucho menos sola, además ¿dónde te hospedaras? — me pregunta dudoso.

— Phillips yo vivo en Londres, podría quedarse conmigo en mi casa, me haré cargo de ella si aceptas que vaya — le contesto mi abuela.

— Y yo podría ir con ella y trabajar a distancia tío — prosiguió mi primo.

— Papito, es una oportunidad que no podemos dejar pasar, además de todo lo que pasó ayer es mejor que este lejos, así estaría más segura — le digo haciendo un puchero.

— ¿Ese es tu deseo cariño? — me pregunta mirándome a los ojos.

— Si, papá además la universidad es algo exclusiva, solo se aceptan estudiantes mediante invitación, el vuelo es para esta misma noche, las clases comienzan el martes y necesito tiempo para ubicarme y demás — le contesto mirando a mi abuela y a mi primo ya que odio mentirle a papá.

— Karlie eres mi pequeña y no soportaría estar alejado de ti, estas creciendo y debo aceptarlo, si eso es lo que quieres no veo porque no — dice mi papa rindiéndose. Yo me levanto del sofá y me siento en sus piernas a abrazarlo — por Dios hija ¿tú que comes? — decía riéndose.

— ¿Me estas llamando gorda? — le digo enarcando una ceja fingiendo estar indignada, mi papá me mira con los ojos abiertos su mirada expresa nerviosismo y niega con la cabeza, entonces Emiliano y mi abuela sueltan una carcajada, y el simplemente me abraza.

(...)
Llame a Shelsea y Kylie para invitarlas a almorzar junto con mi familia para así poder despedirme de todos, en el almuerzo mis amigas, mis hermanos y Alina, se alegraron por mi decisión pero también se pusieron mal ya que no los vería hasta dentro de un año. Fue un poco dura la despedida, pero quede de estar en contacto con todos.

A las cinco de la tarde se despidieron de mí en el aeropuerto ya que el jet de mi familia salía a las 5:45 pm. El viaje era de cinco horas ya que no hacíamos escala en ningún lado, me senté en uno de los asientos del medio y me puse a jugar en mi laptop mientras escuchaba música, mi abuela esta en los asientos de adelante leyendo un libro, y Emiliano estaba en su celular al lado de ella. Después de una hora de despegar, apague mi laptop y me puse a ver las estrellas por la ventanilla, trataba de tener paciencia y de no enloquecerme por todo lo que había pasado este fin de semana, mi padre siempre me dijo que las cosas se piensan mejor cuando estas calmado, no puedo creer que todo esto me esté pasando a mí y tengo miedo de no poder hacer bien las cosas. Nadie me está obligando a hacer esto, pero algo en mi corazón me dice que lo haga, estoy confiando simplemente en mi instinto y estoy preparada para enfrentarme a lo que venga.

Una turbulencia hace que me despierte, me quito los audífonos y apago la música, al parecer me había quedado dormida mientras pensaba, han pasado cinco horas desde que despegamos, yo dormí alrededor de unas cuatro, me levanto de mi asiento y me estiro, entonces veo a mi abuela jugando póker con Emiliano así que decido acercarme.

— ¿Qué tal tu siesta Karlie? — me pregunta Emiliano corriéndose un puesto para que yo pudiera sentarme a su lado. Me senté y nos pusimos a conversar, mientras aterrizábamos en media hora en Nueva York debían ser las diez de la noche aproximadamente mientras que en Londres eran las 3:30 de mañana.

Luego de media hora aterrizamos en el aeropuerto a las cuatro de la mañana exactamente y ya había una camioneta esperándonos en la pista de aterrizaje, del carro bajo un señor de al menos unos cuarenta años que saludo con alegría a Emiliano al parecer ya se conocen desde hace mucho.

— Es el mayordomo de la casa de Emiliano — me dice mi abue. Entonces él nos ayuda con las maletas y subimos al carro.

— ¿Que vamos a hacer ahora? — les pregunto.

— Vamos a ir a mi casa a descansar y a desayunar y a las siete cruzaremos el portal e iremos a la Academia. — me contesta mi primo dándome una sonrisa.

El trayecto era algo largo, eran aproximadamente unos treinta minutos de recorrido, Emi me había dicho que era porque quedaba a las afueras de la ciudad, llegamos hasta un gran portón de reja con las iniciales E G en ella. Había un vigilante en la entrada que no tardo en abrirnos y le dijo a Emiliano bienvenido a casa Señor Gallagher, entramos y alrededor de nosotros había un gran jardín lleno de luces de colores, era impresionante en realidad, luego nos topamos con una glorieta donde había una gran fuente alumbrada con luces de colores me quede boquiabierta al ver semejante espectáculo.

— Esos son los beneficios de tener un gran imperio prima — dijo Emiliano con una sonrisa arrogante — bienvenida a mi humilde hogar londinense.

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