¿Qué pasó antes de los nacimientos de Darcy y Naim? Esta temporada se conocerá la verdadera historia de Louis y Shaeline y de Harry y Christine. Si quieres conocerla, sólo lee la primera y segunda temporada.
Gracias por leer.
Los chicos volvían hoy de su último concierto de la gira y puede que sea también el último de One Direction. Todos estamos tristes por ello, pero sabemos que nosotros seguiremos en contacto a pesar de lo que cada uno haga con su vida.
Allison y Liam están viviendo juntos desde hace unos 8 meses. Ainara y Niall consiguieron una casa en Irlanda, a las afueras de Dublín. Y Shaeline y Louis están de nuevo viviendo juntos, pero esta vez en una casa más grande.
Harry y yo estamos viviendo juntos desde hace un par de meses. Yo no quería correr tanto e ir despacio, pero yo ya me había cansado de vivir sola y estar todos los días en el apartamento de Harry; así que Harry puso en venta su apartamento y compró una casa en un pueblo cercano a Londres. Era una zona muy tranquila y con muchos lugares para salir a pasear.
Hoy tenía que darle una noticia muy importante, así que decidí preparar una cena decente, o lo más que pude. Preparé el comedor para una cena romántica y fui a ducharme. Decidí ponerme un vestido con mis converse.
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Una vez que cogí lo necesario, fui hasta el aeropuerto. Cuando llegué, las chicas ya estaban allí.
-Hola-dije sonriente.
-Que mona-dijo Ainara.
-Gracias-me reí y las abracé.
-¿Estás nerviosa?
-Bastante-me sonrojé.
-Ya verás que se alegrará-dijo Shaeline para intentar calmarme.
Cuando alcé la cabeza, los chicos entraban por la puerta del aeropuerto. Me levanté y corrí hacia Harry y lo besé.
-Hola, preciosa-dijo en un susurro abrazándome fuerte.
-Hola-escondí mi rostro en la curva de su cuello-. Tengo una sorpresa para ti-lo miré a los ojos.
-¿Dónde está?
-En casa-sonreí y cogí su mano.
Estuvimos hablando entre todos un poco y decidiendo donde celebraríamos la vuelta de los chicos.
-No le deis más vueltas, lo celebramos en nuestra casa y ya está. Nosotros lo compramos todo y os quedáis allí-ofrecí y Harry asintió.
-De acuerdo-dijeron todos.
Nos despedimos y conduje hasta casa. Ayudé a Harry con la maleta y entramos en casa.
-¿Y esto?-dijo sorprendido.
-Hay que celebrar algo muy importante-sonreí-. Sube a dejar esto y mientras saco la cena.
Asintió y yo me dirigí a la cocina. Respiré hondo y me autoconvencí de que todo iba a ir bien. Puse la cena sobre la mesa y cogí la cajita del salón y la puse sobre el plato de Harry.
-¿Esto lo has hecho tú?-dijo incrédulo al ver la cena que había preparado.
-Yo solita-dije sonriendo como una niña.
Se sentó en su lugar de la mesa y se quedó mirando aquella caja, lo que hizo que mis nervios crecieran a mil por hora.
-¿Qué es esto?
-Ábrelo.
Cogió la cajita con sus manos y al abrirla, me miró. En ella había una ecografía y el test de embarazo.
-¿Voy... Voy a... Voy a ser papá?
-Sí-me reí nerviosa.
Se levantó y me abrazó dejando que mis pies dejaran de tocar el suelo. Podía oír su risa en mi oído y su latido aumentar poco a poco.
-¿De cuánto estás?-me preguntó con los ojos llenos de lágrimas.
-2 meses-sonreí.
-¡Dios! Soy el hombre más feliz del mundo gritó y me besó. En ese momento todo mi mundo se cayó. Escucharle decir esas palabras habían supuesto mucho más valor del que tenían. Sabía que todo iba a estar bien.
La noche pasó tranquila. Después de cenar lo recogimos todo y nos sentamos en el sofá a ver una película. Eché una foto de los dos y la subí a mis redes sociales.
"Me haces ser la mujer más afortunada del mundo al tenerte conmigo día a día💙 Te quiero, mi vida💜"
3 meses después...
Hoy tenía que ir al médico para hacerme una ecografía. Pedí a mi jefe que me dejara salir un poco antes del trabajo y sin ningún problema aceptó. Harry pasó a recogerme y nos dirigimos hacia el hospital.
Hace unos meses acabé la carrera y ahora estaba trabajando en una empresa de comercio con el extranjero. Los horarios eran muy buenos y cada vez que necesitaba algo, no dudaban en dármelo.
-¿Estás nerviosa?
-Sí-me tapé la cara.
Desde hace unos días me notaba aún más cansada de lo normal y eso me preocupaba. Quizás el bebe necesitaba algo para poder crecer y automáticamente mi cuerpo se lo daba.
-No te preocupes, todo va a ir bien-me abrazó y me atrajo a él.
A los pocos minutos el doctor me nombró y entramos a la consulta. Me tumbé en la camilla y echó el liquido frío en mi vientre.
-¿Cómo has estado?-me preguntó el doctor.
-Muy cansada-dije mirando la pantalla.
-Te explico porqué-sonrió y nos miró-. Son dos preciosas niñas.
-¿Dos?-dijo Harry sin creérselo.
-Gemelas. Enhorabuena-dijo el doctor sonriente-. Al ser dos se necesita más energía y por eso te encontrarás más cansada. Pero tranquila que no os va a pasar nada, solo come un poco más de lo que sueles comer y todo irá bien.
-Gracias, doctor.
Salimos de la consulta y yo iba ensimismada en mi mundo. ¿Dos? ¿Por qué? Me gustaban los niños, pero nunca había tenido que cuidar de ninguno tan pequeño. ¿Cómo se hacía?
-Ey, ¿qué pasa?-dijo Harry al llegar a casa-. Llevas todo el camino callada.
-Harry, dos... ¿Cómo lo vamos a hacer?
-No lo sé, pero aprenderemos-bufé y miré al suelo. Él hizo que lo mirara-. Escúchame, sea como sea vamos a salir adelante. Estamos juntos en esto, ¿de acuerdo?-asentí y lo abracé.
Los días siguientes fueron muy ajetreados, ya que estuvimos montando la habitación de las niñas. Además, fuimos a Manchester a visitar a mi padre y a mis abuelos para darles la noticia. También a Holmes Chapel para contárselo a la familia de Harry. Todos estaban muy ilusionados con la noticia del embarazo y mis abuelos insistían en que nos casaramos, pero eso sería más adelante.
Los chicos y las chicas solo sabían que estaba embarazada, pero no sabían que eran gemelas. Por ello decidimos invitarlos a cenar y asi darles la noticia. Liam y Allison dijeron que no podían ir.
(...)
-¿Dos cunas? ¿Que esta pasando aquí?-dijo Niall preocupado.
Habíamos decidido no decirles nada, sino directamente enseñarles la habitación.
-Vamos a ser papás de dos preciosas gemelas-anunció Harry cogiendo mi mano.
Todos se tiraron a nosotros a felicitarnos y a abrazarnos. Después bajamos al jardín donde la cena transcurrió con normalidad.
