Donde las Rosas bailan

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Sin poder contener más sus emociones Yuri lanzó el primer golpe dándole de lleno a la cara de Victor, este no se esperaba semejante acción y cayó al suelo por el impacto, un pequeño hilo de sangre escurrió por la comisura de su labio. Tanto Chris como Yuuri estaban atónitos mirando como Victor se levantaba lentamente del suelo para luego limpiarse la sangre con la manga de su chamarra.

– Vaya... – Victor seguía limpiándose la sangre mientras miraba retadoramente a Yuri. – ¿Realmente crees que te devolveré el golpe? ¿Crees que me rebajaré a tu nivel? Yo no soy un vándalo como tú. – le dio la espalda a Yuri para agarrar su equipaje que había caído al suelo por el recién golpe. Todos se habían quedado callados, incluso Yuri, este pensaba que hasta el mismísimo Victor caería en la ira y se lanzaría a pelear. Tal vez Victor ya no era ese niño que siempre atacaba ante cualquier provocación. Yuri decepcionado, y también aliviado ya que realmente no quería empezar una pelea, decidió continuar por su camino y empezó a retroceder.

– Pero... – Victor giro con rapidez hacia Yuri y le propinó un golpe en el estomago.

– ¡Pero no está mal rebajarse de vez en cuando! – se abalanzó contra el rubio cayendo encima de el, Yurio reacciono rápido ante la situación y aun con el dolor de su estomago lo agarró por la chamarra para luego rodar por el suelo en un intento por ver quien tomaba el control de la situación.

– ¡¿QUÉ CREEN QUE ESTÁN HACIENDO?! ¡DETENGANSE! – Chris, en un vano intento por separarlos, decidió meterse pero fue apartado de un golpe por parte de Yuri.

Yuuri solamente veía aquella escena con terror, no sabia que hacer o decir para detenerlos. Sabia que Victor no podía verlo ni escucharlo, intentó separarlos al igual que Chris pero sus manos no podían tocar a Victor, estas simplemente lo atravesaban, como si fuese un fantasma.

– Deténganse... – una vez más las lagrimas deseaban salir por sus ojos ante la visión que estaba presenciado. Yuri, con más experiencia en batallas, había sido acorralado por Victor contra el suelo mientras una ola de puñetazos iban directo a su cara, Yuri solo podía poner sus brazos como escudo en un intento por frenarlos . Los golpes no paraban, y sus caras poco a poco se hinchaban y sangraban. Chris no se había rendido y seguía intentado detenerlos ya varias veces pero igual salía lastimado por uno que otro puñetazo. Yuuri no podía soportar ver a sus amigos pelear, ellos solían ser tan unidos ¿Qué es lo que les había sucedido?

– ¡QUE SE DETENGAN! – antes de que los dos pudieran continuar algo los detuvo, más precisamente un grito. Victor pudo reconocer aquella voz y por instinto volteo hacia el lugar donde se suponía que debía estar el dueño de la voz, pero no vio a nadie. El enojo de Yuri fue apaciguado cuando escucho ese grito, como si las palabras de Yuuri fuesen una cubeta de agua fría que lo hizo reaccionar, inmediatamente empujó al peli plateado y lo miró con repugnancia.

– ¡No te vuelvas a acercar a mí, maldito calvo! – Yurio se puso de pie mientras se limpiaba el polvo de su ropa. Salió como una fiera del lugar dejando atrás a un Victor en shock.

– ¡AH! ¡Yurio! – Yuuri volteo de un lado para otro, esperando que Victor persiguiera a Yuri pero no fue así. – ¡Eres un tonto Victor! – salió corriendo detrás del rubio.

Chris solo se quedo viendo como Victor no apartaba la vista de un punto muerto en la calle, se había puesto pálido pero no le preocupó porque pensó que era debido al reciente conflicto con el rubio.

– Hey ¿Estas bien? En serio, esta vez te pa... – estaba a punto de tocar el hombro de Victor pero este le aventó la mano de forma brusca mientras lo miraba con terror en los ojos. Cambió de expresión al darse cuenta de lo que había hecho, Chris solamente lo miró con sorpresa.

Donde las Rosas NacenWhere stories live. Discover now