Dangerous and Moving {Larry Stylinson}.

III: El número no es tan importante.

CAPITULO 3: "El número no es tan importante"

-¿Cuándo me invitas a tu casa, preciosa?

Dana me paso de largo, sin voltear a verme si quiera.

-No seas así, linda. Dime algo.

Detuvo su caminar y alzando su mano derecha, mostró su dedo de en medio.

-Vaya, preciosa, sabía que eras cruel pero nunca había imaginado que tanto así- me burle.

-Vete al diablo- exclamo sin voltear a verme.

Entre palabras, insultos y coqueteos de parte mía, llegamos al estacionamiento.

-Ya te hace falta follar, preciosa.- le comenté sonriendo lascivamente. -Ese humor que te cargas, te lo quitaría una buena follada.

-Muérete, príncipe.

-Esa boquita, preciosa- tome su mano y la acerque a mi. -Yo podría ayudarte con ese humor.

-Deja de meterte conmigo- chillo alejando se de mi.

-Pe...-
Un empujón me llego, haciendo que casi cayera de bruces al suelo.

-¿¡Pero que coño haces?!- grite, enojado con el imbécil que me había hecho tropezar.

-Disculpa, fue un accidente.- el tono que ocuparon era de burla e inmediatamente mis nervios se quebraron.

-Tu puta madre fue un accidente.- me gire y le grite en la cara. Era el estúpido de Tyler.

-Será mejor que le bajes los sumos a tu pedo, Tomlinson.

-Será mejor que tus amigos vayan llamando a una ambulancia, Tyler.- le sonreí cínicamente. -Mira que vengo de mal humor.

-No te tenemos miedo.

-Yo tampoco les tengo miedo. Ni a ti, ni a esos gorilas que te cargas.

Tyler era el sub-capitán del equipo de basquetbol y estaba realmente cabreado con la idea de que el capitán estuviese lastimado.

-Pues deberías, Tomlinson. -me amenazo, señalando en mi dirección con un dedo. -Esta vez ni tu reputación de "príncipe quien nadie toca" te va a ayudar.

-¡Ay, no! ¿Ahora que voy a hacer?- fingí preocupación, colocando mis manos en mi cabello y jalando de este -Sabes perfectamente porque me he ganado el apodo de el príncipe.

-Vamos a ver si realmente nadie te toca.

Todo el equipo de basquetbol estaba ahí, a las espaldas de Tyler, y tenían caras de fastidio.

-Me dolería en el alma arruinar tu preciosa cara de niño bonito- le comenté, empezando a caminar hacia ellos.

-No te preocupes tanto por mi, Tomlinson.

Había uno que otro alumno viendo nuestra discusión, pero realmente nadie se quedaba más tiempo del necesario, imagino que por miedo a que las cosas se pusieran realmente feas.

Sentí que alguien tomaba mi hombro y lo apretaba, queriendo lastimarme; y al segundo otra mano me tomo del hombro contrario y me apretó aun mas fuerte, enterrando las uñas en mi carne logrando atravesar la tela de la playera que vestía.

-Eres un cobarde y lo sabes.- masculle, cabreado por la bajada que me estaba haciendo.

El primer puñetazo llego y no dolió.

-¿Es lo mejor que tienes?
Su segunda maniobra fue golpear en la parte baja de mi abdomen, logrando que el aire se me saliera.

Sus gorilas jalaron de mis brazos y me colocaron de rodillas para que no pudiera ocupar mis piernas; después doblaron mis brazos y empezaron a torcerlos.
Mi mirada cayo al suelo.