Traducción: Cuando era más joven, Tweek odiaba Halloween. Él estaba convencido que la gente que caminaba alrededor disfrazada eran monstruos.
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-¡NOO! ¡VAN A COMERME! ¡Ó ME ARRANCARÁN EL PENE! JESUCRITO NO - gritaba aterrado Tweek mientras pataleaba y se movía con todas sus fuerzas entre los brazos de Craig, quien lo tenía bien sujeto de la cintura intentando que el rubio saliera de su casa. A este paso llegarían tarde a la fiesta.
-Tweek, por favor - suspiró con pesadez el azabache.
-No son monstruos reales - agregó para intentar calmar la histeria de su novio.Era el primer Halloween que pasaban juntos como pareja y realmente no se esperaba este problema. Es decir, sí, Tweek llevaba toda su vida temiendo a aquellos disfraces de vampiros, hombres lobo, zombies, hadas e incluso alienígenas que había esa noche, pero ahora Craig estaba seguro que podría tranquilizarlo como usualmente hacía, o al menos eso creyó.
-Vamos Craig, no tenemos tiempo para esto. - se quejó Clyde mirando su muñeca como si trajera un reloj.
-Si me ayudaras sería mucho más fácil - respondió Tucker soltando la cintura del rubio para descansar un poco sus brazos.
Al sentirse libre del agarre, Tweek se adentró en su casa nuevamente para refugiarse de todos los "monstruos" que había afuera.
Tucker suspiró, tendría que usar su último recurso
-Tweek, cariño. No pasará nada ¿Sí? - aseguró Craig con un tono de voz tan dulce que Clyde y Token quedaron petrificados. Nunca lo habían escuchado hablar así, y si no estuviesen viendo a Craig frente de ellos jurarían que era otro chico.
Mientras tanto, Craig se acercó a tomar suavemente la mano de Tweek atrayendolo más hacia su cuerpo.
- No hay ningún monstruo allá afuera - continuó, esta vez subiendo sus manos a las sonrosadas mejillas del rubio. Le resultaba completamente extraño que su novio estuviese teniendo ese comportamiento con él frente a Token y Clyde.
-Y si alguno se aparece... - dijo acercando sus labios a los de Tweek, quedando tan cerca que Tucker rozaba tiernamente su nariz con la del rubio.
-Ten por seguro que patearé su trasero para protegerte - finalizó su frase con un lento beso, un beso dulce e inocente, tranquilo y sin prisas.
Durante la unión Craig volvió a sujetar la cintura de su novio pero está vez no era para retenerlo si no que así intentaba tenerlo más cerca.
-Está bien, esto es... uh... ¿raro? - habló Token por primera vez desde que llegaron a la casa de Tweek.
-Incómodoo~ - canturreó Clyde mientras desviaba la mirada de la pareja que se separaba y volvía a juntar cada cierto tiempo.
-¿Crees que debamos de dejarlos solos? - inquirió el afroamericano.
-No lo sé, uh ¿Craig? - intentó llamar su atención Clyde.
-¿Hmm? - respondió el aludido aún devorándose al pobre cafeinómano, quien no ponía resistencia alguna.
-Se nos hace tarde - dijo el castaño un poco temeroso de la respuesta del azabache.
Tucker sólo soltó un sonido de fastidio antes de soltar a su pareja a duras penas.
- Vámonos entonces - respondió Craig entrelazando sus dedos con los de Tweek, para conservar la intimidad que habían formado en ese momento y en parte para asegurarse que no escapara.
Realmente se esperaba lo que sea por parte del rubio para librarse de los supuestos monstruos.