El Chico De Los Piropos. ©

#28.

×Alexis×.

Ahora estoy en un parque, ya que según lo que me decía Brian, este era su lugar favorito cuando se sentía mal.

Pero no lo encuentro, no se donde carajos está.

Saco mi teléfono y busco una foto de el, le comienzo a preguntar a las personas si lo han visto, pero nadie me dice nada.

Ya me estoy preocupando... El sol ya desde hace rato se ocultó, creo que es hora de volver a casa, mañana volveré a buscar.

Cuando iba directo al apartamento, veo un bar, así que decidí ir allí, necesito olvidarme de todo por un rato... Olvidarme de Julián.

Cuando entro, pido una, y me siento en una siento, cuando le pego un vistazo al lugar, veo una cabellera que me llama la atención, pago por la cerveza y dejo la botella ahí, y me voy acercando.

Y lo veo, de tantos días buscándolo lo veo, pero se está besando con un hombre... Pero que mierdas estás haciendo Brian!. Me acerco a el y lo aparto bruscamente.

-Que es lo que estás haciendo?- dije enfadado.

-Y a ti que mierdas te importa!!- me grito Brian de vuelta.

-Nos vamos.- de mandé.

-No quiero.

-Dije... ¡¡Nos vamos!!- grite y toda la atención estaba en nosotros.

-Y yo dije que no quiero!!- se negó.

Me importo una mierda y lo iba a sacar a la fuerza, pero el muchacho de antes, se había metido.

-Quítate.

-Ya lo oíste, dijo que no quiere irse.- hablo.

-Y crees que me importa? No lo voy a dejar aquí.- dije y como vi en el, que no se iba a mover, así que no tuve más opción que golpearlo y así fue como pude sacar de ahí a Brian.

-Porque?- habló y detuve el paso, así que le solté la mano.- Porque viniste a buscarme?

-Eres mi amigo, y no te iba a dejar.

-Fuiste donde el?- susurro, con la cabeza agacha.

-Si...

-Porque no me dijiste desde antes... Que tú y el...- dijo y por sus mejillas comenzaban a resbalar las lágrimas.

-Eso te lo diré cuando estés consciente, de resto no.- hablé y de un momento a otro su equilibrio estaba fallando.- estás bien?- y de pronto el cerro los ojos, y lo sostuve entre mis brazos para que no se cayera.

Lo subí a mi espalda y lo comencé a cargar, ya que se había quedado dormido.

Enserio... Me alegro que estés bien.