UN POEMA PARA UN ÁNGEL Y ALGO MAS MÁS

Ella era invencible.

Aún recuerdo cuando pequeña.
Aún en mi mente repaso...

Que en tu falda me arrullabas.
me quedaba dormida en tu regazo.

Una canción me cantabas,
cuando ni me imaginaba ese triste ocaso.

Tu eras mi sol...
tus besos eran mi luz,
Y tus abrazos mi calor.

Siempre te imagine invencible,
a tu lado nunca sentí miedo...
De la vida o del dolor.

Ni los espantos podían contigo,
y por más que mis recuerdos sigo...
Creo que lo mas grande fue tu amor.

Es por eso que no entiendo...
¿en qué momento te venció la muerte?

¿No sabias que yo te amo, que siempre quería verte
Y no apartarme de ti?.

Tu eras invencible, ni a la oscuridad le tenías miedo,
¿como le ibas a tener miedo?
¿Si tu misma eras un sol?

Y ahora que es muy oscuro,
te busco y busco por todas partes.
Y aunque me dijeran que estas en marte,
allá te iría a buscar.

¿si tu eras invencible porque te venció la muerte?
¡Ahora eres invisible¡
...Y nunca mas volveré a verte

El día que nos dijeron en la clínica que mi madre tenia cáncer no lo podía creer, ella siempre fue una mujer muy sana y jamas imagine que ella tuviera algo tan grave, ella era tan fuerte que pensé que era capaz de vencerlo todo.

               ANÉCDOTA
Una noche cuando era muy niña veníamos caminando desde la casa de mi abuela, era muy oscuro y mi Abuela vivía en el campo cerca de unas minas de carbón...
Había que caminar por un camino de herradura un poco enmarañado por la vegetación.
Esa noche me dio mucho miedo porque no había luz de luna y mi abuelo; el padrastro de mi madre, solía contar historias de espantos que "que según él habían sucedido en lugares cercanos". Esa noche había algo que se movía entre los árboles e inmediatamente pensé que era la "pata sola, la llorona, la madre monte, el duende o algún otro espanto, y  me aferre a las faldas de mi madre y cerré mis ojos... Caminé con los ojos cerrados un poco y tropecé, mi madre al verme asustada me abrazó, y me dijo –¿vamos a ver que hay?... Yo le dije que no y cerré con más fuerzas mis ojos, ella me halo hacia los arboles y me mostró con la linterna una llegua blanca muy bonita. Ese día me dijo que lo que causaba miedo era no saber quien  o que era lo que estaba causandonos miedo... La gente siente miedo porque ignora muchas cosas y acepta lo que otros le dicen, o lo que su imaginación le sugiere sin investigar qué tan real pueda ser.
Lo dijo en palabras que yo entendí perfectamente.
Luego mas adelante sonó algo muy raro y volví aferrarme, ella me acercó de nuevo a los arbustos y me dijo: —¡mira, es el viento golpeando el pasto largo y las ramas de los arboles!...
En ese momento aparece en el camino una sombra con aspecto de humano, se veía grande y con una luz en su  cabeza pero no se podía ver muy bien porque la luz en su cabeza nos encandelillaba, mi madre me tomó fuerte la mano, la sombra se acercó a nosotras y nos dice:
—buenas noches.
Mi madre contestó y seguimos de largo, habiendo pasado me dijo: —tranquila, es solo un minero, se ve negro por el carbón, y la luz en su cabeza es solo una lámpara en su casco.

Ella me enseño que todas las cosas tenían una explicación y que la ignorancia era la que producía el miedo.