Érase una vez una niña

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Érase una vez una niña
de hermosos rulos oscuros.
Piel suave como la seda,
ojos color ámbar muy puros.

Erase una niña inocente
que no sabía lo que era odiar.
Erase un ángel llamado Nubia
que era más fuerte que el mar.
Érase un ser de otro mundo
que muy pocos podían ignorar.

Y ese ángel precioso mucho
tuvo que padecer.
Pues la maldad y arrogancia
casi le hicieron desfallecer...
Porque nadie le entendía
que solo pensaba en servir;
sin ser útil en la vida
ella no sabía vivir.

Si fuera bueno o malo,
si fuera rico o pobre,
si fuera altivo o noble,
no importaba si fuera vil,
ella sólo quería servirle
y cada vez ser más gentil.

Hasta con el enemigo
quería hacer la paz.
Yo no entendía eso,
te lo digo así no más.
Pues por ser tan buena sufría
sin preocuparle quizás...
En que el malo engañaría
y su crueldad fuera más.

Pero aún así enseñaba:
Lo que vencía era el amor,
También espinas venían
con la más hermosa flor.

Y su legado dejaba;
que era mejor el perdón.
Que la maldad sólo pagaba
únicamente con mas dolor,
que un hueco dejaba en el alma
y el corazón.

UN POEMA PARA UN ÁNGEL Y ALGO MAS MÁS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora