Colores en el viento (Parte 3: Final)

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<<Parece que no existen más personas que aquellas que son igual que tu
 si sigues las pisadas 
de un extraño verás cosas que jamás soñaste ver.>>

Intento acercarme a la tienda donde sé que han encerrado a Magnus, con la esperanza de que sea el idiota de Jace quien la esté custodiando. Jace es leal a mi padre, tanto como para haberme traicionado de esta forma, pero puedo con él. No soy partidario de las peleas, pero soy bueno en ellas. Por algo se me considera el mejor guerrero de la tribu, y no es precisamente por ser el hijo del jefe. No es un título regalado. Y Jace quizá es el único en la tribu que puede enfrentarme, pero aún así, sabe que perdería contra mi, y mas ahora que estoy decidido.

Desgraciadamente, la tienda está custodiada por dos guerreros de tribus aliadas. Podría con uno de ellos, pero va a ser imposible vencer a los dos. Mi padre ha prohibido terminantemente que pueda hablar con el prisionero, así que sé de antemano que no me dejarán pasar.

Debo hacer algo, así que me aseguro de que Izzy lleve comida y agua a Magnus antes de echar a correr hacia el campamento de los hombres blancos. Si no consigo nada de la tribu, quizá consiga algo hablando con los que han causado todo este lío. Es su presencia aquí lo que está poniendo nerviosas a las tribus. Si consigo que los hombres blancos hagan una declaración de intenciones, quizá pueda calmar los ánimos. Quizá pueda salvar a Magnus. 

He estudiado lo suficiente el campamento de los hombres blancos como para saber por donde acceder al interior. He esperado a Magnus fuera muchas veces... pero no esperaba verme apuntado por sus armas en cuanto pongo un pie dentro. 

Alzo mis manos en señal de rendición, cerrando los ojos cuando algunos de ellos empiezan a gritar, los nervios creciendo entre los hombres blancos. Noto mi corazón acelerándose, de pronto viendo mi plan completamente estúpido. Esta claro que me ven aquí como en la tribu a Magnus. Un completo peligro. -He venido a advertiros... Magnus esta preso, lo van a ejecutar por la mañana... 

Alguno de ellos parece impresionado de oírme hablar su idioma, incluso llego a oír algunas exclamaciones y alguno incluso retira su arma levemente, sin resultar tan amenazador. Muchos otros, sin embargo, la mayoría, solo apuntan con mas ganas. -¡Hagamoslo prisionero entonces! -Los gritos se suceden uno tras otro y antes de que pueda darme cuenta, dos de ellos me inmovilizan, empujandome hacia el centro del campamento, donde varias tiendas, mas grandes que las nuestras, se alzan imponentes, mas hombres blancos apareciendo por todas partes. 

-¡BASTA! - Abro los ojos sorprendido, mis manos ya atadas a mi espalda con unas sogas gruesas que dañan mis muñecas. Mis rodillas van a dar de golpe contra el suelo, haciéndome sisear ante el contacto con las rocas. -¡Basta todo el mundo! -Noto unas manos suaves en mi rostro, elevándolo. Abro los ojos de nuevo, observando a una mujer blanca frente a mi, su cabello incluso mas claro que su piel. -¿Eres Alec, cierto? - Asiento desconcertado. ¿Cómo lo sabe? 

-Desatadlo...-los hombres a mi alrededor parecen dudosos, esta claro que no están acostumbrados a recibir órdenes de ella. -¡Desatadlo he dicho! -Siento un puñal rozar mi espalda a propósito, probablemente haya hecho herida, pero las sogas en mis muñecas se aflojan primero y caen después. 

Siento el brazo de la mujer queriendo levantarme así que colaboro y me pongo en pie, descubriendo que es realmente bajita. Sus ojos apenas llegan a mi pecho. Me recuerda a Clary. -Ven conmigo, Alec... necesito que me cuentes todo lo que sepas de la situación de Magnus.

Me siento como una gacela solitaria frente a un centenar de leones hambrientos, pero sigo a la mujer hasta una de las tiendas mas apartadas, de un color sangriento, diferente a todas las demás. Tiene toques del color del trigo y puedo realmente apreciar la belleza en ella. 

Malec on Disney -OneShots-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora