Capítulo 1

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[12 años antes]

Los dos pequeños niños jugaban en el parque, el niño seguía a la dulce niña de vestido azul celeste mientras perseguía una mariposa de alas amarillas.

El viento jugueteaba con las ramas de los árboles levantando las hojas muertas por la temporada de otoño que ya se acercaba puntual como cada año.

-¡Allá va! -gritó la niña corriendo tras el pequeño animalito.

-¡Vamos! -el niño la alcanzó y la tomó de la mano para correr juntos.

Los dos pequeños se tiraron en el pasto mirando al cielo luego de ver que la mariposa se alejaba más y más hacia arriba, los dos reían mientras luchaban por tomar aire. Habían corrido bastante y sus pequeñas piernesitas les dolían mucho.

La niña se giró recargando su peso en sus brazos mientras miraba los cabellos castaños de su compañero de juego.

-Kyuhyun... -le dijo la pequeña tomando una hoja seca y colocándola en la frente del chico.

-Mmm... -dijo este para que supiera que le ponía atención.

-Me iré a vivir lejos en unos días, esta será la última vez que te vea -comentó la niña dos años mayor mientras que unas pequeñas lágeimas salian de sus ojos

El pequeño se levantó aún con la hoja en su frente y se hincó frente a ella, tomandola de las manos. Tenía la preocupación reflejada en su cara, negandose a creer lo que su amiga le decía.

-¿Tienes que irte? -ella asintió-. Pero... no puedes, no nos veremos más...

-Mis papás, mi hermano y yo nos iremos a vivir lejos, por eso no nos podemos ver más- dijo ella mientras que una lágrima resbalaba por sus sonrojadas mejillas.

-Entonces te prometo que cuando sea mayor te buscaré. Nos casaremos -dijo Kyu decidido , mostrándole su dedo meñique para sellar la promesa.

La niña acercó de manera tímida su dedo y lo unió con el de su amigo- Es una promesa SungYe.








El clima de la ciudad era frío, y dentro de dos semanas habían pronosticado vientos fuertes y lluvia.

El chico, que en esos momentos salía de su cama bostezando, se dirigió hacia la ventana y abrió la cortina observando la vista que le ofrecía su vecindario esa mañana.

Caminó hacia el armario y tomó algo de ropa. Comenzó a vestirse como cada día, y mientras lo hacía, la imagen del chico desapareció para dar paso a la silueta de una mujer. O eso parecía. Se miró en el espejo, traía puesto un vestido de invierno color beige, que acompañó con una chamarra pequeña y botas cortas. Se dirigió al peinador y debajo de los cajones sacó una peluca con largo cabello pelinegro, la peinó y una vez lista la colocó en su cabeza. Se puso una diadema con un pequeño moño y continuó con su transformación, esta vez maquillándose.

Lo que hacía era cosa de todos los días, ¿pero por qué?, ¿qué ocultaba? Cuando estuvo listo se sonrió en el espejo, pero su sonrisa se borró casi al instante. Una lágrima se escapó de sus ojos, ¿A quién quería engañar? No era feliz, no con esa vida de mentiras que llevaba, pero no tenía opción, su madre podría ponerse enferma y sufrir si descubría la verdad, así que prefería seguir fingiendo ante todos para que a ella no le pasara nada, la quería demasiado como para poder dejarla ir, y su madre quería demasiado a su hermana como para poder dejarla ir...

Tocaron a la puerta tres veces. Un "adelante" y se abrió apenas un segundo después.

-El desayuno está listo, mi pequeño Yeye -dijo una mujer mayor, las canas y arrugas delataban su edad pasados de los sesenta.

-Gracias, nana. Ya voy. Y por favor, llámame SungYe -le recordó.

-Eres un encanto, mi cielo -eso lo hizo sonreír-. Creo que ya va siendo hora de que le digas la verdad a tu mamá- dijo segundos antes de regalarle una sonrisa de orgullo y cerró la puerta.

Yesung suspiró frente a su reflejo y terminó por maquillarse. Otro día más de engaños estaba por comenzar.

Su familia constaba de su padre, su madre, su hermana SungYe y él. Su hermana y él eran gemelos, pero desafortunadamente ella había sufrido un accidente tres años atrás, cuando tenía 16 años, del cual había muerto. SungYe siempre fue la favorita de su mamá, era una chica encantadora, Yesung también la quería mucho ya que era todo lo contrario a él, extrovertida, muy hermosa e inteligente, sobre todo, tenía la facilidad para hacer amigos, algo de lo que él carecía.

Yeye tomó la decisión de convertirse en su hermana al saber cuál era la salud de su mamá en el momento del accidente, ella estaba muy débil, incluso su padre le informó de la muerte de su hija, pero ella no lo soportó, le dio un infarto y estuvo a punto de morir. Por ese motivo, Yesung, con tal de ver feliz a su madre sacrificó su propia vida convirtiéndose en su hermana. Su mamá había tomado todo aquello como una fea pesadilla.

Por otro lado, su papá no estaba de acuerdo, pero Yeye le rogó para no decirle la verdad. En pocas palabras su actual situación se debía a una idea propiamente de Yesung. Y ya tenía 3 años engañando a todos. Los únicos que lo sabían eran su nana, su hermano, y su propio padre.

Bajó por las escaleras hacia el comedor y se encontró a su mamá y papá desayunando tranquilamente. La mujer lo recibió con una sonrisa y le indicó que se sentara. Yesung lo hizo yendo a su lado.

-Buenos días, hija -saludó su padre.

-Buenos días a los dos. -Yeye no tenía la voz aguda, pero tres años de práctica fingiendo ser chica le había servido bastante para poder moldear su voz.

-SungYe, ¿Recuerdas a mi amiga Moksu? Se ha mudado a Seúl y nos visitará mañana junto con su familia. Estoy muy emocionada, debes lucir más linda mañana, mi bebé.

-Claro, mamá -dijo, para luego tomar un sorbo de jugo. Su mamá se desvivía diciéndole lo hermosa que era, no quería imaginar qué diría si supiera que se ponía pequeños pechos falsos debajo de ese vestido. La magia de la silicona despegable.

-Kyuhyun también vendrá, seguramente querrás verlo -le dijo mirándolo de manera pícara. Yesung no le dio gran importancia, al fin y al cabo pensaba que era una persona cualquiera, y prosiguió con su comida, pero él no sabía lo que estaba por suceder.

El diablo estaba muy cerca.

Noona I Love You ♡~ [YH/KS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora