Es justo tener secretos
No podía dormir, la cabeza me daba vueltas, no paraba de pensar que tal vez Alberto está en la zona de niños que no son peligroso, también me preguntaba dónde estaría esta zona; tal vez Alicia sepa, lleva un año más que yo en este lugar, así que creo que debe de saber dónde está.
Fui al cuarto de Alicia cuidando que nadie fuera a descubrirme, entre en su habitación sin hacer el más mínimo ruido. Caminé hasta su casa y empecé a moverla para despertarla.
- ¿Qué pasa?
-Alicia, soy yo Gabriela. Vine porque necesito tu ayuda.
-Mi ayuda... si –dijo y volvió a cerrar los ojos y acomodarse en su cama.
-Alicia, despierta –le quite las sabanas de encima y así fue como despertó –de verdad necesito tu ayuda.
- ¿Qué haces aquí? –dijo tallándose los ojos y bostezando un poco –no puedes estar aquí después de la hora de dormir.
-Necesito tu ayuda para encontrar a un niño.
- ¿Un niño? ¿cuál niño?
-Se llama Alberto, tiene autismo ¿lo conoces?
-No sé quién es autismo.
-No, el tiene autismo. Es un trastorno... es un niño que anqué está despierto no te ve y tampoco te escucha ¿has visto o conoces algún niño así?
-Si hay un niño así en la zona de cuidados especiales, ahí están los niños que no pueden cuidarse solitos. Una vez el señor Mario nos llevó a donde tienen esos niños y nos dijo que dependía de todos nosotros para ayudarlos a ellos, ahí vi a ese niño que dices.
- ¿Crees que sea posible que me lleves con él?
-No tenemos permiso de ir sin una persona grande, nos meteríamos en problemas.
-No nos vamos a meter en problemas, necesito que le lleves a donde esta Alberto.
- ¿Para qué quieres ver a ese niño?
No sabía si contarle, confiaba en ella, pero si por alguna razón alguien se enteraba que es lo que había pasado tal vez si me meta en problemas.
-Es un secreto, te lo contare si me ayudas.
- ¿Estas segura de que no nos vamos a meter en problemas?
-Segura, claro que no le tienes porque decir a nadie que fuimos allá.
-No le voy a decir a nadie, será nuestro secreto.
No tardamos nada en salir de su habitación, ella solo se puso un pequeño suéter que tenía en una silla y salió de la habitación sin siquiera importarle que estaba descalza. Bajamos las escaleras y luego luego estaba el patio, me señalo unas escaleras que están justamente cruzando el patio; siempre pensé que esas escaleras daban a las habitaciones de las enfermeras, Alicia me dijo que también los cuartos de las enfermeras se encuentran de ese lado del psiquiátrico, que los únicos que no podíamos dormir en los mismos pasillos éramos nosotros, los niños marcados dentro de la zona de niños peligrosos. Se me revolvió el estómago de solo pensar en que la gente de verdad le da miedo tenerme cerca. Alicia no mostraba ningún signo de ser peligrosa, yo al menos me defendía y les contestaba a las enfermeras, pero Alicia nunca había visto que se portara grosera con alguien.
-Alicia ¿Por qué estás en la zona de niños peligrosos?
-Es un secreto.
- ¿No confías en mí?
-Tú también tienes secretos y no te dije nada.
Ella tenía razón, no quise confiarle la verdad sobre Alberto, como esperaba que ella me contara sus cosas, es justo tener secretos de vez en cuando.
Llegamos a lo alto de las escaleras de la otra zona del psiquiátrico, ella se asomaba en todas las esquinas revisando que no fuera a vernos nadie, parecía que ella ya había hecho esto antes. Ella camino por un pasillo muy sigilosamente, me dijo en susurros que el cuarto donde estaba Alberto se encontraba al final del pasillo, caminamos todo el pasillo llegamos hasta la puerta de Alberto, por fin iba a verlo después de dos semanas.
- ¿Ustedes que hacen aquí?

ESTÁS LEYENDO
Sin salida.
Roman pour AdolescentsMi estancia aquí es un accidente, no tengo por que estar aquí. No me siento igual a los demás, no me veo igual a los demás. Entonces... ¿Porque estoy aquí?