The fairly run and local go

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Las calles están oscuras, la farolas iluminan lo necesario y crucial, no lo esencial. La calle principal, en la que me sitúo ahora mismo, tiene varios callejones sin salida, cuales podría llamarles tumbad de mi propiedad si no me ando con ojo. Soy de aquí, provengo del culo del mundo, así es. Este es mi día a día «But I live on, but I live on...». La gente teme estos lares, no les culpo, la verdad. Yo también solía temerles, hasta que tuvo que convertirse en mi hogar. «I'm fairly local. I've been around, I've seen the streets you're walking down», palabras que aún suenan en mi mente. La noche está más iluminada que de costumbre, por eso me quedaré despiert@, porque la oscuridad no está cogiendo prisioneros esta noche. 

Sigo caminando, el olor a alcohol y marihuana no mengua, te acostumbrar, aunque no deja de ser desagradable. Mi bolsillo izquierdo vibra, "Jackson: «¿Dónde estás? Llevo esperándote mucho rato»" "Yo: «No quiero llamarte por las noches, no quiero darte mis piezas, no quiero darte todos mis demonios. Tendrás que verme jodid@ desde muchas habitaciones más allá, pero, esta noche, necesito que te quedes»". Le mando mi dirección y se desconecta automáticamente, no sé nada, todo lo que sé es que he matando a un hombre y yo fui quien huyó. La sangre de mi víctima, aún fresca en mis manos, marcaba mi camino como si fuera Hansel y Gretel macabro. 

Al conocerme las calles me senté en uno de los muchos callejones no iluminados. Jeringuillas, colillas, polvos blanco, marihuana en el aire, botellas con o sin líquido o rotas, y para la guinda del pastel, alguien del cual dudaba de su vitalidad, aunque buen me importaba muy poco. Seguía esperando la llegada de mi salvador, la llegada de aquel hombre que me sacaría de esta pesadilla.

– Cuando l@ encontremos, hemos de finalizar con su vida, es lo que ha dicho el jefe.- Vaya, no pensaba que abandonaría esta vida de mierda, «Sé que te quieres ir, pero no alejes tu vida de la mía», «Solía decir que me moriría antes de llegar a viejo, pero por ti lo pensaría dos veces». La voz de Jack suena en mi cabeza, bueno, supongo que mi fin y ya llegará, de todas formas, ya descansaré cuando me muera. Me incorporo, me limpio los pantalones, que no se debería catalogar como tal, y me intento subir a los balcones. Me subí a los contenedores sin hacer mucho ruido. Veo cómo sus pasos se escuchan más cerca y su sombra se va acercándose a la entrada del callejón. 

Mis sentimientos plasmados con tinta de lagrimas ensangrentadas.Where stories live. Discover now