What I saw, what I felt

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Se veían unas vistas fantásticas, pero, para desgracia, yo no me fijaba en los abetos verdes sembrados por todo el campo, me fijaba en esos ojos oscuros y penetrantes. Él se acercaba a mi cuerpo, borrando cada intención de huida de mi mente.

– Me matas William.- Me susurra en el oído y me lame em lóbulo haciendo que un escalofrío recorra toda mi columna.

– Eres tú el que me está matando en estos momentos.- Conseguí articular, de respuesta recibí una de sus risas características y una mirada con lujuria y deseo, aunque si indagabas un poco más veías que, debajo de ese disfraz, había anhelo y desesperación.

– ¿Quién está matado a quién?- Pregunta.

– Menuda pregunta.- Desvío mi mirada a sus labios, no me había dado cuenta de las pequeñas pulgadas que nos separaban.- Se puede ver que me estás devorando con la mirada.- Le encaro por primera vez, aunque en estos instantes no sé quien tenía más ganas de sentir al otro.

– Pues sí, lo admito, aunque no soy el único al que me están desnudando con la mirada.- Mi paciencias tenía un límite, me agarré del cuello y lo besé fogosamente. Cuando me separo mi respiración se encontraba entrecortada, menudo beso.- Eoe, qué desesperado estás, no Bambi?

– Pues me voy si no tienes ganas.- Me alejo y hago ademán de abrir la puerta pero unas manos posesivas me agarran por la cintura, apoya su cabeza en mi hombro y su aroma me abruma.

– No me has entendido.

– Sí, que estaba desesperado.- Su mínimo de tacto hace que mi corazón lata a mil.

– Ya, pero no tenías porqué irte.

– No me he ido.- Su lengua pasa por el lóbulo de mi oreja provocándome un escalofrío y después el mordisco hace que se me escape un gemido, mierda.- Joder...- Su lengua pasa por mi cuello haciendo pequeños círculos y creando jadeos y gemidos en mi boca.

– Esto te gusta, no?- Dice mientras pasa la mano por mi, ya palpable, erección.- Ven aquí.- Me da la vuelta haciendo que choque con su cara e inicie una nueva guerra de lenguas.

Me agarra por las caderas y yo envuelvo mis piernas por la suya. No pensaba con claridad, aunque llegaba a que los dos estábamos vestidos. 

Mis sentimientos plasmados con tinta de lagrimas ensangrentadas.Where stories live. Discover now