Nuestro Secreto

El Matrimonio Uchiha.

Sólo deseaba un minuto de silencio.

El ruido era insoportable.

Risas delicadas de cinco cuadras, se escuchaban por doquier.

Chistes tan tontos y palabras ofensivas también.

Bolas de papel volaban por todos lados.

Y para completar el cuadro, chicas maquillándose como payasos apunto de dar una función. 

Lo mismo de todo un año.

Hinata se sentía morir.

Sólo unas horas más 

Se repetía cada segundo que pasaba.

El ciclo había acabado ya. Al fin se libraría de sus compañeros, que parecían carecer de inteligencia humana.

También todos lo sabrán 

--¡Hola Hinata!

La oji-perla miro sobresaltada al hombre que estaba enfrente suyo. Vaya que la había espantado.

--Ammm ¿Cómo sabes mi n-nombre?

--¿Ah? Bueno yo...--Al chico lo inundo un gran sonrojo y movía las manos en ademan de estar nervioso.

--Kiba te acoso durante los últimos días, incluso sabe donde vives--Contesto una voz monótona, al lado del nervioso y sonrojado hombre.

--¡¿Q-que?! 

--!Cállate Shino¡ !Eso no es cierto¡

Uno, era un chico que-chistosamente-parecía mitad canino, con unas marcas rojas en ambas mejillas, pero atractivo y el otro de apariencia seria y demasiado tapado, tanto que su rostro era difícil de detallar y sus ojos imposibles de ver tras esos lentes redondos y negros.

Hinata soltó una pequeña risa. Eran cómicos. 

Días antes, la peli-azul se había acostumbrado a esas pequeñas invasiones por parte del sexo masculino. Su apariencia no era la misma, ahora era la chica más codiciada por su exótica belleza. 

Según su suegra, el matrimonio le había quedado como anillo al dedo, pues se veía más radiante y linda, por lo cual la convenció de cambiar su manera de vestir . Las quejas de Sasuke no se hicieron esperar, pero aun así, su madre lo ignoro e hizo de Hinata una diosa andante.

--¡Ya Shino, no me pongas más nervioso!

 --¿La vas a invitar o no?

--¡Cállate Shino!

--¿Invitar a quien?

Una tercera voz masculina intervino en la pelea/platica.

Todos quedaron en silencio.

--¡Nadie te hablo Naruto!--Dijo el chico de mejillas manchadas, al borde de la desesperación.

--¡¿Eh?! Estas molestando a Hinata ¿Acaso eres ciego?

--¿Y a ti que te importa? ¿No tienes novia acaso?

--El que tenga novia, no quiere decir que no pueda defender a las damas.

--Ay por favor ¿Defender de que?

--¡De tu molesta presencia!

--¡Yo no molesto a nadie, idiota!

--¡Claro que si, maldito perro!

--Que no

--Que si

--Que no

--Que si

--¡Que no!

--¡Que si!