Si el laboratorio de su padre, Orochimaru, se mantenía impecable, sin rastro alguno de polvo, era porque la biblioteca era un completo desastre. Mitsuki no podía creer que el sannin mantuviera la mayor parte de los libros regados por el suelo, algunos abiertos y otros cerrados.
Kabuto definitivamente hacía un buen trabajo de limpieza.
— Papá, ¿cómo trabajas así? —preguntó el infante. Tomó una pila de libros y se los pasó al mayor que no tardó en ordenarlos en el estante correcto—. Es un verdadero problema todo esto.
— Sí, tienes razón —concedió el azabache, llevándose un dedo al mentón—. Pero me resulta más cómodo tener todo a la vista.
Mitsuki asintió sin estar realmente de acuerdo. Él era más parecido a Kabuto en el aspecto de la prolijidad ante todo, así que no comprendía el afán de Orochimaru por dejar desperdigado todo por el suelo.
Un libro del montón llamó su atención, pues la tapa, como tal, no parecía hacer renombre al título del libro.
ICHA ICHA, tácticas.
Por curiosidad decide abrirlo y leer un poco el contenido ya que, a su parecer y juzgando el final del título, debería tener técnicas ninjas avanzadas que tenía ese aspecto para pasar desapercibido.
Apenas leyó la primera palabra antes de que Orochimaru se lo quitara de las manos.
— Estaba leyéndolo—protestó Mitsuki, aunque no pareció surtir efecto alguno en el mayor. Parpadeó cuando lo vio colocarlo con extremo cuidado en un estante a parte, debía de contener técnicas realmente excelentes— ¿Por qué tienes ese libro?
— Los escribió alguien importante—respondió sin apartar la vista del libro. Cuando vio aquellos libros escritos por Jiraiya no dudó en comprarlos, aunque el contenido no fuera de su agrado, los tenía como un pequeño homenaje. Quizás una forma de agradecerle por haber continuado creyendo en él a pesar de todo. Entonces miró el rostro confundido de Mitsuki y palmeó su cabeza—, además, aún eres menor para leer esas cosas.
— ¿Las técnicas de ahí son peligrosas?
Orochimaru soltó una risilla.
— Tal vez demasiado —asintió el científico.
Pasado ese capítulo donde la inocencia de Mitsuki podría haberse ido por el caño, se dedicaron a continuar ordenando la biblioteca hasta que Kabuto ingresó por la puerta para avisarles que la cena estaba lista. Cuando el hijo de ambos cruzó la puerta, el ninja médico enarcó una ceja al ver los libros eróticos tan expuestos.
— Aún no sé porqué no los guardas bien—reprochó Kabuto de brazos cruzados—. Mitsuki podría leerlos a escondidas.
— ¿Estás celoso de Jiraiya, Kabuto?—inquirió divertido Orochimaru, viendo que sus suposiciones eran ciertas cuando notó un sonrojo en el rostro del contrario—. Un poco estúpido de tu parte sabiendo que está muerto.
— No digas eso—recriminó dándole un codazo—, Jiraiya-san es inolvidable y deberías hablar de él con más respeto.
— Lo dice el que está celoso—murmuró el de ojos ámbar, ganándose una mirada de enfado que decidió ignorar—. Vámonos, limpiar todo este desastre me ha dado hambre.
Con un asentimiento de Kabuto, ambos salieron de la biblioteca, aunque Orochimaru miró de reojo la colección de ICHA ICHA una última vez. Sonrió antes de cerrar la puerta.
Jiraiya era inolvidable.
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Drabbles {2} | OroKabuMitsu.
FanfictionHistorias cortas de la familia Yakushi, {AU; Cannon; Yaoi/Hetero}.