Carlos y su ausencia

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Hoy es otro día que Carlos no viene a la cafetería, y admito que me sorprendió mucho que no venga cuatro días seguidos.

También, hoy fue que los dueños leyeron la queja, pero no me dijeron nada, al contrario, se rieron en la parte que yo le tiré el café encima.

Al terminar mi turno de trabajo decidí comprar algunas cosas que me faltaban.

Primero fui al súper de la esquina, pero como éste no tenía lo que buscaba tuve que preguntarle a alguien dónde había otro.

Al encontrar a dos personas hablando de espaldas, me acerqué y le toqué el hombro derecho a uno de ellos, y era, nada más ni nada menos que Carlos y su ¿papá? No lo sé.

Estaba serio, igual que cuando fue a la cafetería hace cuatro días atrás.

“Hola, sólo quería saber dónde hay otro supermercado por la zona.” Fue lo único que salió de mi boca.

“Acá a la vuelta.” Me respondió frío el acompañante de Carlos.

“Bueno, gracias.” Le dije al señor, miré a Carlos y le pregunté “¿Por qué no fuiste a la cafetería?”

Él me miró, miró a su acompañante y volvió a mirarme.

“No te importa.” Respondió, me giré y me fui.

No valía la pena insistir.

Pero...

¿Por qué será que el chico del café ya no sonríe?

Los secretos de CarlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora