Carlos y su explicación

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Tengo algo muy importante que escribirte.

Hoy no fue un sábado cualquiera.

Yo estaba en mi casa, en pijama como de costumbre, con el café de siempre ya echo, puse a calentar unas tostadas, cuando escucho el timbre, lo cual me sorprendió mucho ya que no conozco a nadie.

Primero pensé que eran los vecinos y luego pensé en mi amiga Noelia, pero me sorprendí más al abrir la puerta y encontrar a Carlos parado mirándome con culpa.

Confundida lo dejé pasar.

“Lindo pijama.” Dijo cambiando su cara de culpa a una de diversión y ahí fue cuando me percaté de aquello, pero ya era tarde para cambiarme, ya me había visto.

Nos sentamos en el sillón del living y él empezó a hablar.

“Yo quería pedirte disculpas por no ir el otro día, surgió algo importante.” Dijo y miró hacia la pared como si estuviera buscando en ella las palabras para explicarme lo sucedido.

“No tenés que contarme si no querés.” Dije aunque me moría de ganas de saber.

Me miró y negó.

“Te contaré todo desde el principio, ahora que recuerdo yo te conocía de antes, también recuerdo que mis papás querían que estudie leyes pero yo no quería estudiar eso. Nunca se los dije hasta que un día me animé, el día siguiente de haberte conocido. Mi papá estaba borracho como de costumbre y mi mamá estaba furiosa por la noticia, tanto que se fue de la casa y no volvió, ni siquiera al día siguiente que fue cuando pasó aquel accidente. Mi papá estaba tan enojado de que mi mamá no volviera que fuimos juntos a buscarla, él estaba borracho entonces me ofrecí a manejar pero se negó, primero íbamos bien hasta que no la encontramos, entonces, con furia, mi papá decidió acelerar. Dobló en una esquina y chocamos con un camión de mudanzas. El golpe fue tan fuerte que mi papá falleció y yo perdí la memoria, por eso ese día que fui a la cafetería no te saludé y estaba serio, no te recordaba, para mi era la primera vez que te veía. Y ese día en el que me viste con ese hombre, era mi tío, estábamos serios porque él me llevó al lugar donde sucedió el choque para ver su recordaba algo, pero nada. El día que fuí a la cafetería y te ví empezé a recordar todo, y hasta recordé de dónde te conocía y cómo te llamabas, cuando te pregunté para estar seguro de que todo lo que creía recordar era real y me confirmaste que te llamabas así, fui a darle la noticia a mi tío. En fin, yo de verdad quería salir contigo, pero ayer encontraron mi mamá muerta en las afueras.” Me contó con lágrimas en los ojos “Y todo por mi culpa.” Agregó finalizando su explicación.

Lo abracé y susurré:

“No es tu culpa, te lo aseguro.”

No sé por qué lo abrazaba tampoco sé por qué lo dejé entrar a mi casa, pero lo que sí sé es que de algún lado lo conocía y él me lo confirmó.

“Soy Carlos el de hace siete años atrás, perdón por lo que dije sobre tu mamá, y me encanta tu cabello.” Dijo mirándome, aún llorando, cuando nos separamos. “¿Qué es ese olor a quemado?” Agregó frunciendo el ceño.

“¡Las tostadas!” Recordé y fui a verlas, estaban quemadas.

Nos empezamos a reír de tal forma que nos olvidamos de los problemas por un segundo que pareció eterno.

Y a partir de ahí, puedo asegurar, que todo cambió.

Los secretos de CarlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora