la quiero mucho

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la tome de la mano y ella sonrió de inmediato. 

Fuimos de vuelta a la casa y nos sentamos en el piano, ella tocaba aquella melodía mientras yo la admiraba fascinado... 

 -Ya es muy tarde verdad ¿No puedes detenerlo? -me preguntó mi subconsciente. 

 —Sabes que no quería esto, me da miedo. ¿Qué hago ahora?

—No hay nada que hacer Enrique ,  es tarde para retroceder todo. 


 —Pero no quiero que sufra, la quiero mucho no la verdad es que...  

— ¿Tú qué? ¿Te enamoraste de ella? ¿Tan rápido? 

 — No sé, yo...yo creo que la amó -grité en voz alta captando la atención de Amelia . Parecía confundida ¿Me escucho? Espero que no, no sabría cómo explicarle todo esto

- Lo siento no me hagas caso, sigue tocando. 

 - Está bien -volvió sus manos al piano y continuó con la siguiente estrofa. Suspiré acongojado y sentí unas lagrimas deslizarse por mis mejillas, ella no debe sufrir por mi culpa. No quiero que lo haga. 

-Toca conmigo, me gusta escucharte. 

- Umm -sequé mi rostro con el dorso de mi mano y forcé una sonrisa. 

 Acerque mis dedos al piano y seguí cada nota, debía ser fuerte y darle los mejores recuerdos de mí...no quiero que ella me olvide, quiero que siempre me recuerde como el gran amigo que tuvo.  Nos la pasamos en aquel salón tocando varias canciones, teníamos gustos musicales muy similares y eso me alegró.

Otra cosa más que compartíamos. Jamás imagine que este salón se convertiría en mi lugar favorito, aquí le hable por primera vez, aquí la vi aquella tarde y aquí hemos pasado tantos días juntos que me sientó feliz cada vez que entró a este lugar. 

Nuevamente el dolor me golpeo el pecho pero esta vez fue más fuerte, me encogí por el dolor y saqué velozmente aquel frasco; mi vida dependía de él y no quería ir al hospital por ello. 

Tome la pastilla y me quedé quieto por un par de minutos hasta sentirme mejor. Amelia no se percató de nada y continuó practicando. 


 -Debo irme, se hace tarde Amelia-dije un poco triste. Ella dejo de tocar el piano y empezó a buscar mi mano.

 Atrapé su mano y le di un leve apretón 

-Nos veremos la otra semana. No te vayas tan tarde y ten cuidado -dije antes de levantarme. 

 -Está bien Enrique  , cuidate. -soltó mi mano y me dedicó una sonrisa.

 Agitó su mano mientras pronunciaba un adiós.

 Agitó su mano mientras pronunciaba un adiós

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