CAPITULO 3 (Editado)

20 1 3
                                    

Media hora después estoy aparcando fuera del apartamento de James.

Al bajar del coche me da la llave, ni siquiera se baja de la furgoneta, se nota en su expresión que tiene prisa.

Ahora que lo pienso ya no sé nada de él, siempre he tenido un crush con él, desde el día en que mi hermano lo llevo a nuestro piso hace ya algunos unos años, ambos se la pasaban haciendo un desorden en el apartamento, deje de verlo cuando mi hermano se mudó. James y yo solo éramos cercanos por mi hermano, una vez vomito en mi cama y no tuvo la decencia de decírmelo, me di cuenta cuando me avente en ella después de un muy largo día, al parecer estaba tan ebrio que se metió al cuarto equivocado.

Escucho la furgoneta irse en cuanto llego a la puerta con Mily. Abro la puerta y busco el interruptor de la luz con mi mano, cuando lo encuentro toda la sala se ilumina, es pequeña pero acogedora, a la derecha está el comedor y una barra con un arco que da la vista a la cocina, el apartamento es bastante amplio y la verdad es que no está nada mal, a comparación con el mío el suyo es una mansión.

Mily ya está sentada viendo televisión, yo me pongo curiosa y empiezo a husmear por todas partes. La verdad es que me imaginaba su casa más como él y no tan ordenada, aunque supongo que las cosas cambian al tener un hijo. Sigo curioseando y veo varias fotografías que están por la casa, en casi todas sale con Mily y hay una en la que esta con mi hermano, los dos tienen una enorme sonrisa, era su ultimo día en la universidad, hay otra foto en donde yo salgo, estoy en medio de ellos lo cual me hace ver incluso más pequeña. Pero mi foto favorita es una donde el está sosteniendo a Mily en el aire y los dos ríen, el la mira a los ojos tan dulcemente, queda más que claro que ella es su todo.

Voy y me siento junto a Mily quien se ha quedado dormida sentada, le extiendo las piernas en el mueble y tomo una manta que está en el respaldo para cobijarla.

Después de un rato estoy realmente aburrida. Solo había ido a comprar comida para gato y termine cuidando a la hija del hombre que me acelera el pulso. ¡A la mierda! ¡el puto gato! No ha comido, hay dios mi pobre kao ha de estar agonizando, sé que estoy dramatizando, pero es que amo a ese minino el cual es todo un divo, cuando llegue a casa lo más probable es que este indignado por haberlo hecho esperar tanto tiempo.

Me pongo a dar vueltas como una tonta hasta marearme, después abro el refrigerador y tomo una cerveza, quiero algo para picar pero no tengo ni idea de donde guarda las cosas, busco en todos los cajones hasta que encuentro un paquete de palomitas mmm y son acarameladas, son el último paquete y son todas mías; estoy consciente que no hace mucho comí pero un snack no le hace daño a nadie.

Mientras las preparo trato de ignorar a mis pensamientos, hay uno especialmente molesto, una vocecita que me recuerda que este hombre es como veneno para mí, que aun después de tanto tiempo con tan solo verlo mi corazón se acelera y pierdo mi capacidad para respirar. Ese pensamiento que me recuerda que todos los años que se la pasaba con mi hermano yo estaba más que coladita por él. Pero eso no pasara esta vez, porque le diré que si a mi novio y pues estaré comprometida con el hombre que amo, porque realmente lo hago, realmente lo amo. ¿Realmente lo amas? Pregunta esa molesta voz.

-. ¡Si maldita desgraciada realmente lo hago! ¿Qué problema tienes con eso?

Grito desesperada. Mierda, rápido voy a checar si Mily se despertó pero afortunadamente sigue dormida, me siento en el suelo con mis palomitas busco algo en la tv y no se en que momento me quedo profundamente dormida.

Siento cosquillas en la cara, de seguro kao quiere jugar o algo.

-. Kao un ratito más por favor.

-. Yo no me llamo kao.

Al oír esa extraña vocecita abro los ojos de golpe y me encuentro con un ceño fruncido y unos ojos verdes

-. Oh dios lo siento cariño me quede dormida. ¿Qué hora es?

-. No lo sé.

Busco un reloj con la mirada y oh dios ya son las 8:40, se supone que Mily se duerme a las 9 y ni siquiera se ha bañado o cenado, james no dijo que tenía que hacerlo pero supongo que es obvio.

-. Ok cariño ¿Qué prefieres hacer primero bañarte o cenar?

-. Mmm...

La niña pone cara de concentración por un buen rato y me empiezo a preguntar si tal vez se hizo del baño.

-. ¿Ya decidiste?

-. Primero comer.

-. Ok ¿Qué te parece un sándwich de mantequilla de maní y un vaso de leche?

-. Mmm es una de mis comidas favoritas.

-. También es una de las mías, ven ayúdame a prepararlos.

Después de la cena y un baño la preparo para dormir.

-¿Te puedo decir un secreto?

Sus ojos se iluminan y una enorme sonrisa se forma en su rostro

-. Amo los secretos, dímelo, dímelo.

-. Ok pero tienes que prometer no decir nada ¿vale?

-. Vale

-. Tengo un pijama igualito que el tuyo. Digo mientras le paso la blusa con zanahorias y conejitos por la cabeza.

-. ¿Enserio?

-. Oh si muy enserio, hasta tengo el pantalón con la colita de algodón.

-. ¡El mío también tiene colita!

-. No esperaba menos de ti, buenas noches Mily.

La arropo y me despido con un beso en la mejilla.

Una hora después escucho que se estaciona una camioneta y realmente espero que sea James porque muero de sueño y quiero ver a kao. Ok ok la verdad es que quiero verlo, me siento como si volviera a tener 15 y eso no es nada bueno.

Escucho que abre la puerta y finjo ver la tele con atención, escucho sus pasos detrás de mí pero yo no despego los ojos de la televisión.

-. Me empieza a preocupar el hecho de que le pongas demasiada atención a un comercial de hemorroides, si las tienes lo ideal es ir con un médico.

-. ¡¿Qué?! Yo no tengo, yo ni lo estaba viendo¡ estaba perdida en mis pensamientos!.

-. Ya tranquila musaraña, ven te llevare a casa.

-.Vine en mi propio coche ¿Recuerdas?

Me sonríe y mira mientras me levanto del sofá.

-. Es verdad, por un momento olvide que ya no tengo que andarte llevando a todas partes como antes.

-. Solo fueron como tres veces y siempre pedias algo a cambio, realmente eras un cabron.

Suelta una carcajada y se acerca más de lo que debería, mi cara queda a la altura de su pecho. Sé que me está mirando y siento un apretujón dentro de mi pecho.

-. Sabes que me molesta cuando no me miras a los ojos.

Siento su mano en mi mejilla, sujetando gentilmente mi cara haciendo que lo mire.

-. Tenía mucho tiempo sin verte Kay.

-. Nos vimos anoche.

Sus ojos están viendo directamente a los míos y su mano aún sigue en mi cara, no me gusta esto, no me gusta la forma en que me hace sentir, la manera en que me confunde.

-. No juegues conmigo, sabes a que me refiero.

Se a lo que se refiere y también sé que no quiero hablar sobre eso, quito su mano de mi mejilla y tomo mi bolso.

-. Tengo que irme.

Salgo sin siquiera voltear a verlo, me monto en el coche y manejo a casa.


Marry me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora