El comienzo de todo

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Mi corazón se encontraba palpitando a mil por segundo. Ahí me encontraba yo, tirada sobre el caliente asfalto con el cuerpo de aquel bello joven sobre el mío. No sabía si mis aceleradas pulsaciones eran por el motivo de que casi estuve a punto de morir o por la imagen que estaba viendo en ese instante. No, de seguro aquel auto que iba a gran velocidad logró atropellarme porque sin lugar a dudas estaba en el cielo contemplando a un ángel.

-¡¿Te encuentras bien?! -se notaba realmente muy preocupado.

-Sí... e-estoy bien -no podía apartar mi vista de sus preciosos ojos, parecía como si pudiera sumergirme dentro de ellos a través de un gran bosque. Recuerdo que cuando mi mejor amiga se enamoró por primera vez, me dijo que había contemplado cientos de destellos por todas partes cuando vio a esa persona. No sé si será por el efecto de los pequeños cristales de los vidrios rotos pero estoy segura que ahora mismo estoy observando polvo de estrellas por todo mi alrededor.

-Ven, te ayudo -se levantó y me extendió su mano para que yo pudiera hacer lo mismo.

-¡Jóvenes, ¿se encuentran bien?! -el conductor se bajó del vehículo para ver nuestro estado.

-¿Sí estamos bien? -con tono irónico- ¡Pudo haberla matado! ¡¿Es que acaso no ve por dónde va?!

-En verdad le pido mil disculpas jovencita, lo lamento muchísimo -casi se arrodilla frente a mí para rogarme que lo perdonara.

-No se preocupe, por suerte no ocurrió nada grave -me llevó como media hora para explicarle al conductor y a todo el mundo de que me encontraba bien. Al final todo se arregló y el hombre se marchó con las luces del auto rotas por culpa del impacto, pero nada más.

Cuando quise girarme para agradecerle a aquel joven por haberme salvado mi vida, este ya se había ido.

Ni siquiera pude darle las gracias...

Ni siquiera pude saber cuál era su nombre...

Me pregunto si algún día podré volver a verlo.

20 cartas para enamorarte [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora