Carta 3: Melifluo (segunda parte)

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—¡Marinette! —hablé sin pensar, lo único que quería era interrumpir aquel beso que estaba a punto de darle—. ¡Al fin te encontré! Te he estado buscando por todas partes, por favor ven conmigo. —Los rostros de ambos era de gran sorpresa, pero ella poseía un hermoso tono rojizo que adornaba sus mejillas. Cuando nuestros ojos chocaron nuevamente mi corazón comenzó a latir rápidamente, sin lugar de dudas tenía que sacarla de ahí ahora mismo. Sin tiempo de que pudieran reaccionar, la tomé firmemente de su mano y me la llevé muy lejos de él. No quería que estuviera a su lado, quería que estuviera junto a mí.

Únicamente a mi lado...

Y ahí paré en seco. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué hice eso? Tan sólo la vi una vez, no sé nada de ella, incluso podía ser que fuera novia de tomate y yo la aparté... Soy un completo idiota.

—G-Gracias... —y ahí volví a la realidad— g-gracias por haberme sacado de ahí... Si no hubieras estado, no sé qué hubiera ocurrido... así que en verdad gracias... —pude sentir cómo todo a mi alrededor se detenía. Sus ojos me contemplaban como si en ese instante hubiera sido su salvador y aquella sonrisa de profundo agradecimiento que me dedicó marcada dentro de mí.

—D-De nada... —fue lo único que pude pronunciar. Maldición, ¿qué me está pasando?

—Y-Ya se me hizo muy tarde... t-tengo que irme... Nos vemos mañana —se despidió de mí con una dulce sonrisa.

—Sí... hasta mañana —y me quedé ahí, inmóvil, viendo cómo se alejaba en la distancia.

¿Qué me está pasando? Nunca antes había reaccionado así por alguien. Ni en mis sueños me imaginé que iba a hacer algo parecido.

Sin lugar a dudas hoy fue un día de todo menos normal.

Agotado psicológicamente, me dirigí hacía mi casillero para tomar mis cosas he irme pero un delicado sobre rosado capturó mi atención.

—¡La carta! —casi la había olvidado. Con rapidez, pero con cuidado de no romperla, la abrí.

"Hola mi querido Adrien:

Sé que entiendes que tan pobres pueden llegar a ser las palabras para expresarte la alegría que me has hecho sentir en el momento en que te vi usando aquella prenda. Mi corazón de detuvo en aquel instante en que te vi entrar hoy. Incluso te debo de admitir mi amado que he derramado pequeñas lágrimas de felicidad. Nunca creí llegar a ser tan feliz en mi vida. Si intentara definirte lo realmente especial que has llegado a ser en mi vida, no podría hacerlo... Por eso voy a decirte 'gracias' porque no logro encontrar otra palabra tan especial como esa para expresarte mi profunda gratitud por todo lo que has hecho por mí. Estoy segura de que no debes de recordarlo, pero yo jamás podría olvidarlo mi amor.

Hoy pude observar como mi 'competencia' no te dejaba tranquilo, ¿verdad? Aunque puede notar en tu rostro un toque de pesar ante esa situación. Sé que está mal de mí parte alegrarme de eso, pero no voy a mentirte mi príncipe, me hizo realmente muy feliz saber que tú no las querías a ellas.

¿Sabes? No fuiste el único acosado el día de hoy. Realmente fue algo muy incómodo para mí. Sentir cómo sus miradas me vigilaban cada instante como si me estuvieran asechando. No suelo ser una persona tan sociable, creo que te pudiste percatar de ese hecho, por ese motivo me he sentido realmente muy rara ante esta situación. Pero tu imagen y tu recuerdo pudieron aliviar mi pesar.

Es tan tranquilizador saber que cuando cada problema o conflicto me agobie, puedo contar con tu bello recuerdo para atenuarlo.

Desde lo más profundo de mi alma gracias...
Te ama, tu admiradora secreta."

Con gran cariño llevé la carta hasta mi pecho. Realmente me encantaría saber quién eres...

En ese instante no lo sabía pero a partir de ese momento entraría en una montaña rusa de emociones de la cual me sería completamente difícil de salir.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2017 ⏰

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