1 EL MORGAN ☆

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No, pues sí, chale, en la secundaria uno de veras que está bien refeo. Hay unos morros que tienen unas orejotas y están bien dientones a unos se les llama Dumbos y a los otros caballos, o Bugs Bunny; unos tienen unos brazotes bien largos y unas piernas pequeñas. Neta que parecemos caricaturas.

Luego algunos exageran, se pasan... Se comoran unos pantalones del 38 o del 42 que les quedan bien guangos, claro que lo disimulan fajándose un poco, pero cuando lo los ven las prefectas, ahí andan, bien cholos, tirando barrio. Yo los veo y me da risa; claro que nunca me atrevería a usar algo así porue yo no me llevo con ellos.

También hay unos bien cabezones o muy altos o muy enanos; luego unos que están en plena niñez y otroz que ya fuman y van a los bailes como si nada. Hay unos muy aseaditos, como yo, y unos que para nada se bañan; se levantan como a las 6:50(cierran la puerta a las 7:00) y asi se vienen a la escuela, sin peinarse o lavarse la boca, guácala, ni los sobacos ni nada, y les llaman pasucos pero no les voy a decir que significa. Luego, dizque andan acá muy de novios, muy galanes, tirando rostro con las morritas. Luego la raza amarga nunca falta, hay unos morros que salen, tienen una risa de lo más burlesca a todo le garran carrilla, y ya no lo sueltan hasta que los hacen llorar.

Las chavas, la neta, neta, casi no hay buenas.  Tambien ellas están bien faderal de caminos (feas). En serio, hay unas que hasta te espantan y, segun ellas, andan por la escuela como si fueran la miss México aunque nadie las pela. Tienen las piernas flacas y chuecas; o son muy morenas, con manchas que les llaman jiotes a unas les dicen que les exploto el boiler, otras son güeras y pecosas. Flacas, gordas, gotdas en serio, como la Keiko, por ejemplo, que va conmigo. Unas son bien sangronas y con nadie se llevan, otras se pelean a golpes con los chamacos, la Tyson le dicen a una. Hay de todo, enamoradas, juguetonas, listas y tontas, apretads como las fresas.

Y volviendo a los morros, no faltan los apestosos, los pedorros, guacarosos, en fin, son una chulada mis compañeros... Pero no quiero hablar de mis compañeros, porque capaz que se enteran y no me la voy a acabar. Son bien gachos, y no solo ellos, también las chavas son pesadas. Del que quiero hablar es del Adrian, un morro de esos serios, flaquito, cabeza pequeña, orejas grandes, muy formal. De toda la escuela, es el único que trae mochila de rueditas, y ya sabrán la burla que le damos -porque yo tambien me incluyo-, se la escondemos a cada rato o se la arrebatamos para que nos persiga por todo el salón

-Ya calmense o los voy a reportar.
-Huy, que miedo.
-Es encerio.
-Mira comó tiemblo.
-Bueno se los advierto...
-Ahí está, llorón

Y asi lo tenemos a bromo y broma hasta que revienta y nos reporta.

Pero tampoco de el queria hablar, más bien del Morgan. De veras cpque con ese morro si se pasarón.

Desde que lo vieron le buscaron el sobrenombre de Morgan, y bien que le queda porque tiene un solo ojo, el otro lo perdio. Tambien quisieron decirle cíclope, pero no le pegó. La burla ha estado dura, hasta las chicas mas seriesitas, como Maribel, le gritan al maestro:

-Mire maestro, el Morgan me está coqueteando, me está cerrando un ojo.

Y todo mundo trata de aguantar la risa.
Otro le dice:
-Echale un ojo a mi mochila, ¿no?
Y él aguantandocomo si nada, se le resbala. Creo que hace muchó aprendió a aguantar, luego, él se las devolvía, pero ya no se enojaba, y hacía caso cuando le decian :
-Que el Morgan esté con nosotros en el equipo.
-El Morgan me pegó, profe.
-El Morgan está comiendo en el salón.
Y así por el estilo.

Pues con todo y su ojito único, un dia el Morgan fue el héroe del salón. Ocurrio cuando la teacher, en plena clase, empezó a ponerse primero roja, como una manzana y luego morada, vaya, como que le faltaba el aire, se agarraba el cuello con las manos, manoteaba como si estuviera en la alberca. Nosotros, todo el grupo, se quedó en suspenso, congelado en una fotografía para el recuerdo. Ni una hoja, suspiro, risa, nada. Y ahí siguiéramos, si no fuera si no fuera porque la maestra estaba ahí, cayendo al piso.
Entonces vimos como el Morgan salto dos filas hasta llegar junto a la maestra que, en serio, ya en el suelo, tenía los ojos en blanco. El Morgan le puso las manos al rededor del cuello y la recostó suavemente, luego le abrió la boca y, tapándole la nariz, comenzó a bombearle aire. Para esto, ya estabamos todos a rededor, y el nos hacia señas para que nos apartaramos; alguien ya había ido por la doctora. El Morgan seguía aferrado y le daba unos apachurrones en el pecho y seguía con la repiración de bova a boca, entonces la maestra volvió en si poco a poco y al fin volvió a respirar normal. Cuando se sintio mejor, la sentaron en su silla. La doctora le puso alcohol por todas partes y, unos momentos después, ya estaba en el hospital.

Después de esto el Morgan nos contó que en las vacaciones habia tomado un curso de primeros auxilios en la Cruz Roja y que por eso sabía qué hacer en esos casos. Cuando la maestra volvió el lunes siguiente, mostraba una sonrisa muy bonita y, además, traía una caja como de regalo que le entrego al Morgan. Eran unos oantalones nuevos y finos que el Morgan lució muy contento en el baile de primavera, donde se puso de novio con la mas bonita del salón, la Irasema.

Bueno de esto queria hablar. ¿Quien soy yo? No se los puedo decir, sólo les cuento que soy uno de ustedes, que está a medio camino entre el morro de la mochila de rueditas y el Morgan . Hasta la vista y echenle ganas a la escuela...

Este es un nuevo proyecto y que espero que sea muy leido gracias ☆☆
Y lo ire publicando cada vez que pueda.

DETRAS DE LA BARDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora