La Misericordia de Dios

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Había caído en los lazos del enemigo, mi concupiscencia me había consumido. Cuando nos alejamos de Dios esto se manifiesta en nuestra manera de actuar, no caemos porque nos apartamos de Dios, nos caemos porque ya estábamos lejos de él, eso me había pasado, ya había estado mucho tiempo lejos de Dios, no por ir a la iglesia o estar dentro de un ministerio te hace estar cerca de Dios, no. Ese es un grave error, lo que te acerca a él es la comunión y la búsqueda en oración en su palabra y eso era exactamente lo que yo había perdido. Muerte espiritual.

¿Qué iba a hacer? Luego de esa noche y mañana solo pensaba en cómo era posible que hubiera llegado tan lejos, ¿dónde estaba mi mirada? En las cosas del momento, no estaba pensando con claridad, ya no me estaba importando la gloria eterna, estaba buscando la gloria del hombre.

"Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae"
1 Pedro 1:24 RVR1960

Había perdido por completo el enfoque, pasaron días donde la amaba, quería estar con ella, al verla llegar.. Uff! Mi mundo se daba vueltas.

Nos separabamos y volvíamos, eso era lo que yo hacía, ya parecía un juego de niños pequeños, yo quería estar con ella, pero dentro de mí había algo tan fuerte que me hacía apartarme, alejarla, era Dios, estaba teniendo esa lucha interna, la dejaba e intentaba volver a Dios, lo intentaba con todas mis fuerzas pero decaía. Recuerdo en una oportunidad, el pastor de mi iglesia me había nombrado a predicar, yo estaba con ella, no quería predicar, no quería servir a Dios, sabía que en mi condición no era quien para pararme frente al altar, solo iba a traspasar pecado a los auditores, no había santidad en mí, no había nada bueno que yo pudiera entregar, quería hacerlo bien, mi anhelo más fuerte en la vida siempre ha sido ayudar a los demás, y cuando Dios te da las herramientas para hacerlo como predicar su palabra que es buena para todas las personas la satisfacción es máxima, porque sabemos que nada más que Dios va a llenar un corazón y darle plenitud a la vida de las personas.

Ella, ella siempre estaba ahí, dispuesta a esperarme, incluso cuando entre uno de nuestros términos me comprometí con mi mejor amigo que estaba plenamente enamorado de mi y se había vuelto cristiano, sí, me comprometí porque quería alejarme de ella, tener una excusa para no buscarla, tener una excusa fuerte para mantenerme cerca de Dios, nada funcionó, llevé una doble relación, le hice daño a ambos, después de 2 meses terminé con mi mejor amigo y eché a la basura 13 años de amistad, ella aún estaba ahí, me amaba, no le importaba Dios, no estaba desesperada como yo, yo lo había vivido antes, sabía cómo era estar con una mujer, sabía que jamás sería feliz, pero aún así seguía deseando las cosas del momento, seguía deseando sentir placer al momento de estar con ella, aunque todo el resto de la semana, de las horas o los minutos que estuviera sin ella fueran un martirio. Porque así eran, cada segundo lejos de ella, ardía me quemaba, Dios estaba ahí, no me soltaba, Dios me amaba, teníamos un acuerdo con él que me repetía constantemente, no me iba a soltar tan rápido.

Antes de tener que predicar fui a mi pieza, me arrodillé, tenía el mensaje listo pero no me sentía capaz de poder exponerlo, no podía fingir, no podía ser tan hipócrita, mi hipocresía y destrozaba, porque en el fondo de mi corazón todo estaba roto, todo llamaba JESÚS, SÁCAME DE AQUÍ. Me arrodillé y me acerqué a Dios como en mucho tiempo no había hecho, la predicación se encontraba en Jonás así que comencé a hablarle un poco de él a Dios..

-Padre, no entiendo nada, estoy arrodillada ante ti porque te necesito, mira dónde estoy, dónde he llegado, ¿por qué Señor? ¿Por qué soy tan porfiada? Señor me llevaste a Jonás para aprender de él, sé que no puedo huir de tu presencia, sé que no puedo esconderme de ti, pero ¡¡mírame!! ¡Soy una basura!¡Debes dejar de amarme! ¿Por qué me amas? ¿Por qué me buscas? ¿Por qué yo? Hay miles de personas más, ¿por qué? - lloré

Su amor me conmovía, Dios era realmente bueno, realmente fiel, él no puede negarse a sí mismo, sus promesas eran reales, se hacían reales en mi vida, ardían, estaba pasando por el fuego y por mi falta de fe me estaba quemando.

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."
Romanos 5:8 RVR1960

-Señor, sácame de aquí, dame las fuerzas para dejarla y no buscarla, ayúdame a predicar tu palabra, no veas mi bajeza, ten misericordia de los hermanos que oirán de ti, permite que tú seas quien hable y no yo, yo no soy nada ante tu majestad, te necesito Señor, perdoname, ayudame a ser mejor, por favor, toma el control... Sentí su presencia, sentí su amor, su calidez.

Dios me amaba, estaba ahí conmigo. La bloquee de todas mis redes sociales, la volví a dejar. Predique, Dios me tocó a través del mensaje y no podía contener el llanto frente a los hermanos, su presencia se manifestó de manera increíble ese día y todos fuimos contristados con su palabra.

Al término de la reunión lo sabía le volvería a hablar, me sentía culpable del daño que le estaba haciendo, quería saber como estaba, quería que ella estuviera bien, pero sabía que sin mi ella no lo estaría, solo lloraría y estaría triste, no quería eso para ella, quería que estuviera feliz, volvimos.

Cuando nos volvimos a juntar ella estaba muy enojada conmigo, yo había dejado todo, a mi mejor amigo, todo, porque si quería hacer las cosas bien, debía estar sola y buscar de Dios, plan que no dió resultado, pero al menos terminar con mi mejor amigo daría resultado para mi relación con ella.

Nuevamente conversando logramos solucionar las cosas y estar bien, volvimos, pero ya éramos formalmente pololas.

En nuestro reencuentro tras días de no vernos y luego de muchas pláticas, decidimos volver a juntarnos, entonces la miré a los ojos y me di cuenta que todo lo antes vivido no valía nada, solo fueron memorias, fotografías a lo lejos que se iban desvaneciendo. Viví en una mentira por mucho tiempo, jamás me había enamorado. Ella llegó como la luz del alba a mi vida, mi rayito de luz, my hope (mi esperanza), éste era el principio de todas las cosas y aunque quisiera era muy tarde para volver atrás puesto que, me encontraba inmersa y completamente sumergida en ella, estaba envalentizada

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