Bueno, este es el primer fic que escribo, pero igual quería dejar algunas notas para su comprensión, la historia no es completamente lineal y tiene algunos flashbacks, siempre serán avisados y contextualizados, pero de todas maneras quería ponerlo aquí, además los diálogos estarán en cursivas. Si tienen alguna observación en cuanto al formato que les permita leer la historia con más facilidad me avisan. Cualquier sugerencia sobre canciones serán bienvenidas, me gustaría poner una en cada capítulo. Saludos :)
Chanyeol sintió el frío en sus dedos y se acomodó dentro del cobertor. Hoy era uno de esos días de cielo nublado y viento frío que traía el invierno cada año. Decidió que esa mañana sería un poco más indulgente consigo mismo y esperaría a que el despertador sonase en vez de anticiparse a él como siempre, se lo merecía, ya que la semana anterior había sido sometido al incómodo horario nocturno del hospital. Deslizó sus largas piernas entre las suaves sábanas, extendió sus largos brazos por el diámetro de la gran cama y su cabeza encontró la posición perfecta en la mullida almohada y justo cuando estaba más cómodo, el maldito suena. No, no era el despertador, era un mensaje del bendito celular, lo iba a abrir cuando se dio cuenta de la hora. Demonios, no había puesto el despertador la noche anterior.
Casi cae de la cama en su intento de llegar a la ducha y una vez ahí casi se queda ciego por no enjuagarse bien el champú, se atoró dos veces con una sola tostada y por muy poco se salvó de pisar uno de los camioncitos de juguete de su hijo. Para cuando se había puesto el abrigo ya se había olvidado del mensaje.
¡Se pasa! Si él ya estaba despierto, qué le costaba levantarme...ahgghhh....siempre es lo mismo con él, ¡caray!
Todo el camino al hospital se la paso despotricando contra su pareja en voz alta, y solo cuando una señora se le quedó viendo en el semáforo se pudo detener. El día había comenzado ajetreado y así había seguido, la vida en el hospital era siempre activa y eso era algo que le encantaba a Chanyeol, podía desenchufarse de todo, avocarse a las dolencias de las personas y nada más era necesario. Recién tuvo un respiro a eso de las seis de la tarde tras terminar las historias de los pacientes y de una junta aburridísima con el jefe de la especialidad, necesitaba sacarse el aburrimiento de encima cuando por fin prendió el celular. Dos llamadas perdidas de Baekhyun, una de su hermana, más textos de Baek, su mamá le envió una foto del nuevo perro que ella y su padre adoptaron (era precioso), Yura le contaba cómo le iba con su nuevo novio y por último, su mejor amigo que lo quería ver en la noche.
Chanyeol estaba cansado, pero su deber de padrino era lo más importante, tenía que cumplirle a Jondae y seguro que era más que nada para desahogarse de los berrinches del bridezilla (novia loca) de su prometido. Ya estaban a pocas semanas de la boda y los asuntos por afinar eran cada vez más pequeños, pero también más frecuentes y Chanyeol como parte del cortejo y más aún, como mejor amigo, era implicado casi siempre. El gigante realmente se arrepentía de haberlos presentado.
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Eran las siete pero el cielo ya estaba oscuro, las luces tintinaban en la y la vista desde el segundo piso del café en la colina era deslumbrante. Jondae estaba intranquilo, sabía que su amigo llegaría en cualquier momento, pero algo en el fondo de su estómago le decía que todavía había oportunidad de arrepentirse, no tenía que hacerlo, ya habían pasado muchos años, se iban a abrir heridas innecesariamente, sin contar que su novio probablemente lo desplume si se entera, de repente no es lo correcto, todavía está a tiempo. Se levanta de la silla, pero su celular suena y la cara de Chanyeol ilumina su pantalla y sabe que va a hacerlo, que ya no hay vuelta atrás.
-¡Chen Chen!-Chanyeol se acerca con una sonrisa que muestra los dientes y abraza a su amigo antes de sentarse-Estoy aquí para ti, cuéntame qué hizo ahora el amor de tu vida, si me dices que volvió a cambiar de colores, lo mato.
Jondae suelta una risa nerviosa-me pidió que escribiera mis votos, como los gringos.
-Bueno, Minseok siempre fue un romántico, raro me parecería que se quedara con los votos de la ceremonia tradicional-dijo Chanyeol entre carcajadas.
Justo cuando Jondae se armaba de valor aparece el mesero y les ofrece la carta y la conversación se vuelve más cotidiana, llena de lugares comunes y chistes familiares. "el ambiente es tan cálido, tal vez debería no decir nada" Jondae piensa y ya está terminando de convencerse a sí mismo cuando su amigo lo obliga a levantar la mirada.
-Tu boda será perfecta, como me hubiera gustado que fuese la mía-dice entre bromas Chanyeol y Jondae sabe de qué está hablando y de quién está hablando. Entonces lo hace, porque es su mejor amigo y lo merece.
-No tenía idea de qué poner en los benditos votos, no quería terminar con una de esas cursilerías clichés que pasan en las películas, además sabía que lo que sea que Minnie escribiese sería mil veces mejor de lo que a mí se me ocurriese drogado, ¿me entiendes?-¿Qué locura hiciste, Dae?-dice entre risas Chanyeol.
-Necesitaba saber qué tenía preparado él para poder ganarle o siquiera hacer algo parecido-dijo Chen, pero se notaba que se estaba poniendo nervioso-entonces me metí a su cuarto y encontré esto.
Del bolsillo de su blazer, Jondae sacó un sobre blanco, parecía bien cuidado pero se veía que ya tenía un tiempo guardado.
Chanyeol estaba riéndose a carcajadas a este punto, pero pronto se dio cuenta que el ánimo de su amigo había cambiado, estaba callado y mirándolo fijamente. Por un momento, cuando vio el sobre pensó que se trataba de alguna cosa que había hecho Minseok y temió lo peor, pero cuando Jondae le acercó el sobre, se dio cuenta de que su amigo quería que él también lo revisara. Tomó el sobre entre sus manos y antes de que pudiera abrirlo, su amigo dijo-Es de Kyungsoo, para ti.
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La carta
FanfictionChanyeol lleva una vida tranquila hasta que una carta del pasado lo encuentra.