Capitulo 5; Sueños o pesadillas

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Habian pasado dos meses desde que era libre, por así decirlo. Dos meses que había pasado entrenándose cada día, aprendiendo nuevas formas de defenderse, métodos de atacar y todo lo necesario para comenzar su nueva vida. Una vida que no era precisamente la que quería, pero era la única que podría tener

Sin darse cuenta se había ido ganando un lugar entre todos los que la rodeaban, Dalia se había hecho algo así como una amiga, el comisario Torregrosa seguía forzándola al máximo posible pero tambien la felicitaba por su buen trabajo y en cuanto a Brad, había surgido algo entre ellos. No sabría exactamente explicar que era, pero se sentía muy bien a su lado, incluso llegaba a olvidar su pasado

-¡Propongo un brindis! –Torregrosa levanto la copa en su mano -¡Por nuestra nueva agente!

Todos levantaron la copa mirando a Dana y esta sonrió, tras el brindis bebieron el vino y siguieron cenando tranquilamente. Una cena de celebración, para celebrar el que habian acabado el entrenamiento y tambien el empezar con la siguiente parte del plan Esta seria la ultima cena que tendrían juntos. Pues mañana, en la mañana Dana seria recogida en la prisión y puesta en libertad, bajo el poder de su protector Andrés Cortes, a quien muy pronto conocería

-Tus hombres fueron puestos en libertad esta mañana –Dalia, que se encontraba sentada a su lado le hablo en voz baja –Al final te saliste con la tuya

-Siempre me salgo con la mía –Dana le miro de reojo y sonrió levemente

-Todo a terminado –Dalia suspiro –Ahora estarás sola, ten cuidado

-¿Preocupándote por mi? –Dana levanto una ceja –Si al final vas a tener corazón

-No lances campanas al vuelo –ella sonrió divertida

-Lamento interrumpir la charla de mujeres –Torregrosa se levanto de su lugar y miro a Dana –Pero ahora que hemos terminado la cena, necesito dar algunas indicaciones a mi agente

-Su agente –Dana se levanto de la silla –Esta tomando gusto a esas palabras

-Lo hago muchacha –Torregrosa sonrió mientras caminaba hacia la sala que estaba sola, se sentó y señalo el otro sillón para que tomara asiento –Mañana vendrá a buscarte el abogado de Cortes, según la información que tenemos el estará esperándote en su casa Su hijo esta de viaje, así que te recibirá el solo

-Bien –Dana asintió

-Debes tener cuidado con tu actitud –Torregrosa frunció el ceño

-¿Se esta preocupando por mi comisario? –Dana le miro divertida –No se preocupe, he aprendido de los mejores

-Ahora tu eres una de las mejores –Torregrosa la miro a los ojos –No me cabe duda de eso

Tras la charla Dana salio a la terraza a tomar un poco de aire y despejarse. Aunque su cabeza seguía dando vueltas a todo lo que estaba ocurriendo. Se sentía como una de ellos, pero sabia que no lo era. El comisario había dicho que era una de las mejores y por supuesto que lo era. Había puesto todo su empeño, toda su fuerza, para poder llegar hasta el hombre que amargaba su sentido. Lamentaba tener que usar de esta forma a las personas que la estaban ayudando, pero si había aprendido algo en estos años es que nadie mira por una, si no lo hace una misma. Ella solo hacia lo que le habian enseñado, usar a la gente para lograr su meta. Usaba a la CIA para llegar hasta Andrés Cortes y después usaría su nombre y su pasado para destruirle. Después de todo era y seguiría siendo Dana Evans, la hija de Giovanni Evans y estaba segura de que eso le abriría muchas puertas

Del Lado De La LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora