Capítulo 2: Resplandor

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El viaje fue más corto de lo que pensaban.  Las inners llegaron al hostal donde se hospedarían esa noche y varias más. El lugar era bastante cómodo, cálido y lujoso. Minako se acercó a la recepcionista, una mujer de edad madura, quien les dio la bienvenida y entregó dos llaves.

— Una habitación doble y una triple —dijo la recepcionista—, por tres noches y dos días. ¿Es correcto?

— De eso mismo quería hablarle —dijo Minako a la recepcionista—. Necesitamos las habitaciones por más tiempo, ¿se puede?

La recepcionista comenzó a buscar los registros en una computadora.

— ¿Cómo que por más días? —preguntó Usagi— ¿Y la escuela? ¿Cómo se supone pagaremos los otros días? No tengo más dinero.

— ¡No te preocupes! Era una sorpresa que queríamos darte —anunció Makoto, para tranquilizar a su amiga.

— Pueden quedarse siete días como máximo, luego de eso, ambas habitaciones están reservadas —anunció la recepcionista—. Este es el pago por ambas habitaciones —dijo alcanzándole una boleta a Minako, quien al ver la cifra se horrorizó.

— ¡No te preocupes, Minako! —dijo Ami sacando una tarjeta de crédito de su bolso— Pagaré lo que haga falta.

— ¡Ami! ¡Eres taaaan buena! —exclamó Minako con los ojos brillantes, sosteniendo las manos de su amiga.

— Chicas, ¿pasó algo? ¿Por qué el cambio de planes? —preguntó Luna.

—¡No!¡No es así! —dijo Artemis, riendo nervioso— Siempre fue ese el plan, hacerle creer a Usagi que estaríamos poco tiempo, pero en realidad queríamos quedarnos mucho más. Han sido momentos difíciles, queremos consentir a nuestra princesa.

— ¿Y por qué cambiaron la reservación ahora y no antes? —preguntó Luna confundida y Artemis se paralizó de nervios.

— ¿Qué tal si escogemos con quién compartir habitación? —sugirió Makoto, para salvar a Artemis.

— ¿Eh? E-está bien —asintió Usagi confundida.

— ¡Luna, cierra la bocota! Más tarde te lo explicaremos —susurró Minako a una confundida e inteligente Luna.

— Si no les molesta, yo compartiré la habitación con Usagi. Usaremos la suite doble —decidió Rei. El resto asintió con alivio. ¿Quién mejor para custodiar a Usagi que la perceptiva Sailor Mars?

Se dirigieron a sus dormitorios, había sido un día de escuela, así que estaban todos muy cansados, especialmente Usagi que se sentía agotada no solo físicamente, más bien emocionalmente. Se disculpó por no bajar a cenar con sus amigas, lo cual era raro, porque era bastante glotona, realmente había algo en ella que no estaba nada de bien.

Las guerreras y sus gatos, se reunieron en el comedor del hostal para conversar y explicarle a Luna lo que ocurría.

— Usagi realmente extraña a Seiya —comentó Luna con voz melancólica—. Pensé que cuando los días pasaran, iba a olvidar aquella sensación, porque ahora Mamoru está a su lado, pero Usagi no ha hecho más que escabullirse de él. En las noches se queda dormida llorando. Intenta con todas sus fuerzas olvidar lo que siente, pero no puede.

— Eso muy triste. Una grave señal. El futuro de Tokyo de Cristal peligra —advirtió Rei.

— ¿Y sus sentimientos? ¿Acaso no importan? —preguntó Minako con tristeza.

Todos quedaron en silencio, solo habían hablado sin parar del futuro, de Chibiusa, de un amor prohibido, pero... ¿y si Usagi ya no era feliz con su alguna vez amado Mamo-Chan?

Mi promesa pendiente (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora