Soy Diana Acosta, tengo ojos grises y grandes, cabello largo hasta los muslos negro y ondulado, tengo piel blanca pero no demasiado, en el caso de entrar en el agua aparecen mis aletas color azul turqueza. No soy nada del otro mundo soy normal ni muuuuy delgada ni muuuuy gorda, me parezco a mi madre o eso dice mi padre, y mi madre dice lo mismo de mi padre, mis amigas me consideran muy linda y tierna.
En fin, cumpli 16 años y mis padres organizaron la mejor fiesta del mundo, bueno no del munda pero la mejor que yo he visto. Mi fiesta acabo y casi era hora de irme y estaba empacando cosas que podrian servirme alla en una pequeña bolsa de algas, lleve a parte una playera y un short que mi mamá uso cuando fue a la superficie. Es una tradicion asi que ella tambien lo hizo, mi mamá dijo que era hora de irme asi que agarre mi bolsa en donde traia fotos de mis padres y mis amigas, unos dulces de mar, etc, cosas pequeñas.
Estabamos llegando a la superficie y sentia mil emociones, en la orilla estaba un señor de unos 60 años, mi abuelo era igual a mi padre solo que mayor y con el pelo mas claro y canoso. Supe que era hora de irme, y sin poder evitarlo un par de lagrimas corrieron por mis mejillas mis padres me dieron un collar, una pequeña concha con una perla denttro era de el mismo color de mis aletas, mi color favorito.
-Te amamos hija estaremos aqui para ti, ten cuidado con el agua- advirtio mi madre con los ojos vidriosos.
-Yo tambien los amo y no me acercare a ella- dije con lagrimas.-Gracias los extrañare- nunca me senti tan feliz y triste a la vez.
-Cuidate pequeña, que te la pases bien, y no quiero que tu abuelo me de quejas- dijo mi padre, el es fuerte y nunca llora solo cuando murio su pecesito.- Te amamos hija- dijo esta ves con ojos vidriosos.
-¿Ella es mi nieta? es hermosa- dijo mi abuelo esta vez lo mire y le sonrei, el se acerco y me ofrecio su mano para salir del agua, la tome era calida y sali del agua mis aletas se convirtieron en piernas lentamente.
