Capítulo VI

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Jimin permanecía sentado en el asiento acompañante y aún no sabía por qué su hermano les acompañaba a la fiesta.

Era evidente que Jin era el ayudante de Jungkook, pero iban a una cena familiar a celebrar un compromiso, ¿Qué podía hacer Jin allí?

Negó con la cabeza y no quiso pensar más sobre el tema. Tenía demasiadas cosas en las que pensar. Como, por ejemplo, el regalo del Galleto...

Y en aquel beso...

Si pudiera hacerlo, estaba seguro de que no le costaría acostumbrarse a los besos del castaño. En realidad no podía pensar en nada de lo que disfrutara más que de aquellos momentos con él. El calor y la ternura que le producía el roce de sus labios...

Jimin se dijo a sí mismo que ya estaba bien. No debía acostumbrarse a los besos de Jungkook. En realidad no debía volver a suceder...

La casa de los Kim estaba decorada con grandes luces. Kook aparcó en la entrada. Había cerca de veinte coches allí, la mayoría Mercedes, Rolls Royces y Jaguars.

A pesar de que Kim Byung Choon apreciaba mucho a Jimin, él nunca había estado en la casa de su jefe. Un mayordomo les abrió la puerta de una casa muy lujosa.

Minie estaba impresionado, ¿acaso los padres de JungKook también tenían una casa como aquélla?

Probablemente sí la tienen, se dijo al recordar que Jin le había contado que el sonrisa de conejo tenía mayordomo incluso en el apartamento que poseía en el centro de la ciudad. Comparada con aquella casa, la de él y Jin parecía minúscula. Aunque no tenía sentido compararlas. Las diferencias entre las familias de JungKook y de él sólo servían para resaltar el hecho de que procedían de mundos muy diferentes.

A la derecha de la enorme entrada había un salón y JungKook les llevó hasta allí. Él agarró a Minie del brazo, como si adivinara que lo que él tenía ganas de hacer era salir corriendo.

-Mi familia no muerde, Jiminie -le dijo Jung en tono de broma-. Por lo menos, no a los desconocidos.

-Eso me tranquiliza -repuso Min mientras aceptaba una copa de champán que le ofrecía un camarero.

-Si me disculpas... -dijo Jin antes de dirigirse hacia un grupo de gente.

Minie lo observó alejarse estupefacto.

-¿Qué...?

-Vayamos a saludar a Byung y a SunHee -le sugirió Kook-. Será mejor que me des la mano, no querría perderte entre la multitud.

Al rubio tampoco le gustaba la idea de perderse. No había reconocido a nadie de la habitación, excepto a SunHee y a Kim ByungChoon, por supuesto. Era una habitación muy grande, con un amplio ventanal en el lateral derecho y unas puertas en el lado izquierdo que daban al jardín. Sin embargo, había cerca de cincuenta personas allí y costaba moverse.

-Somos una familia numerosa -le dijo el de ojos profundos al pequeño en estatura mientras se dirigían a la chimenea, donde estaban Choon y Hee.

Jimin y Jin tenían varias tías, tíos y primos, pero todos cabían en el salón de su pequeña casa.

Estaba nervioso y al ver a la pareja con la que Byung y Sun estaban hablando se puso aún más. El parecido entre el hombre y JungKook era notorio, era evidente que se trataba de los padres de éste.

Jimin se detuvo antes de que llegaran a donde estaban las dos parejas y miró a Jeon, que lo observaba como preguntándole qué pasaba.

-Creo que no es una buena idea.

Enamorado de Ti [ADAPT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora