"Prepara a tu hijo unos días antes de la entrada al kinder explicándole lo que va a ocurrir: cómo es la escuela, qué va a hacer, quién lo va a cuidar, que tú lo llevarás y lo recogerás a cierta hora, que se trata de algo bueno y divertido, que estará muy bien"
La casa era un caos y apenas eran las 7 de la mañana, Harry corría por todos lados mientras Louis ayudaba a León a ducharse. Hoy era su primer día de kinder...o escuela como decía el pequeño.
Su uniforme estaba perfectamente planchada y colgado afuera del baño. Louis le pone al niño la toalla y le ayuda a cambiarse.
—¿Y vas a hacer muchos amiguitos, Leo?
—Síp, y tendré muchas novias.
Louis carcajean y niega con la cabeza.
—Primero aprende a leer, mugroso.
León ríe y Louis termina de abrochar los pequeños botones de su camisa.
El niño había cambiado bastante, dejó de parecerse a Louis y tuvo esencia propia. Su cabello lacio se volvió rizado pero conservó su tono rubio, sus ojos se quedaron de un azul sumamente intenso. El niño era hermoso.
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—¡Bajen a desayunar!
León brinca de la cama al piso y camina hasta la puerta, Louis lo detiene.
—Leo...¿me prometes que no vas a llorar?
—No, papá, solo los bebés lloran y yo ya no soy uno más.
—Porque si tú lloras papi lo hará también, yo no quiero que llore ¿y tú?
—Sus ojos se ponen rojos.
—Exacto, a mi me gusta mucho que sean verdes.
—Como los árboles.
—Como los árboles.
Ambos ríen y Louis carga a León, posiblemente puede que sea una de las últimas veces pues el niño ya no tolera eso.
Cuando llegan a la cocina ven los platos en la mesa, hay huevos, fruta, jugo, leche, café y hot cakes. Louis sabe que cuando Harry cocina es porque está triste. Suspira y acomoda a León en la mesa, camina hasta Harry que está preparando el almuerzo de León y lo abraza por atrás.
—Mi bebé se irá, Lou—el ojiazul siente como Harry empieza a llorar—¿Qué haré sin mi cuchurrumin en la casa?
