18.-Acabamos de estar juntos.

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Llevábamos varios minutos ahí, ambos solo besándonos.
Los brazos de Tedd, estaban rodeados a mi cintura, apretándome como si temiera que me fuera, mis manos estaban en su brazos y paseaban a su pecho.
Nos separamos pero no rompimos el contacto físico.

—Bueno... creo que tú también me extrañaste.—Dijo Tedd con las mejillas rosas y los labios hinchados.

Bajé la mirada.

—Claro que lo hice tonto.

Se escucharon pasos y automáticamente ambos nos separamos por completo, fue hasta entonces cuando noté que toda mi ropa "limpia" estaba esparcida en el suelo.
Mierda.

Tedd me ayudó a levantarla aunque me dio muchísima pena que viera mis sostenes y mis bragas; aún así él caballerosamente las metió en el cesto sin decir una sola palabra.

—Poppy...—Saludó Axl.

Venía con su linda hermana Alessa.

Sonreí incomoda & al parecer todos lo notaron.

—Axl... Y Alessa.-Sonreí.-Oohh Tedd, el es Axl mi vecino y su hermana Alessa, chicos él es Tedd, un amigo.

Tedd hizo una mueca cuando lo presente como "amigo" pero aún así sonrió cortésmente.
Axl sonrió de vuelta y le tendió la mano, se estrecharon y por un segundo se formó un silencio incómodo.

—Hola... un placer.—Añadió Axl.

—Tedd Morgan, el placer es mío.—Sonrió Tedd.

—¿Tedd Morgan? ¿El hijo del doctor Morgan?—Preguntó Alessa.

Creo que era la primera vez que la oía decir una frase completa.

—Si...-Respondió Tedd con el ceño fruncido-¿De dónde lo conoces?.

—Es mi alergologo.—Sonrió la pelirroja frente a mi.

Ahora sí, silencio incómodo.

—Creo que mejor nos vamos.—Murmuró Axl con una sonrisa.

—Nos vemos después.—Contestó Tedd con una sonrisa tensa.

Axl asintió y Alessa movió su mano en señal de despedida.
Los vi alejarse y dejé de contener el aliento cuando entraron a su departamento.
Tedd me miraba fijamente y mis mejillas se calentaban en el acto.

—¿Quieres pasar?—Pregunté avanzando.

Pegué la llave a la cerradura y sentía la respiración de Tedd en mi nuca, a decir verdad estaba demasiado cerca.

—Claro que quiero.

Mis manos comenzaron a sudar y temblar.

Ambos entramos, yo tenía un nudo en la garganta y Tedd parecía nervioso.
Dejé el cesto a un lado de la puerta y la cerré pegando mi espalda a ella.
Tedd me miraba desde el sofá; sonrió y yo también.
Me acerqué hacia él y nos dimos otro suave beso que lentamente subía de tono; con una mano pegada a mi cadera, Tedd fue guiándome hasta el sofá, quedando yo debajo de él.
Comenzó a besarme el cuello y lentamente metía las manos debajo de mi blusa. Tedd sabía lo que hacía, aunque de una forma tierna y sin perder el encanto y esencia de su ser.
Mis piernas se enroscaban en su cadera y lo hacían pegarse más a mi; el bulto en sus bermudas ya era bastante... tangible y mi mente irradiaba excitación.
No nos hagamos tontos, todos sabíamos lo que iba a pasar después y efectivamente... pasó.

Él estaba medio dormido en mi pecho, yo acariciaba su cabello y parte de su nuca.
Miré el reloj pegado a la pared, marcaban las 11:26pm.

—Oye...-No sabía cómo llamarlo.-Tedd... Es tarde; ¿quieres quedarte o vas a irte?.—Pregunté acariciando su mejilla.

Who?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora