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3;23 a.m

Estaban por mas calles más solitarias de la ciudad, para evitar llamar la atención solo llevaban una linterna a la mano.
Era simple.
Tomar las fotos, escribir los sucesos y ya. . . no había por que correr riesgo.

- No veo a nadie. . . - Rompió en horrible silencio Waylon, de verdad que era espantoso el lugar.

Frío, lúgubre. . .

- Sólo hay ardillas, ¿esto es una broma? - Miles parecía hartarse, esperaba ni confundirse de lugar. - Blake, ¿que decían los reportes?

El mencionado tomo los papeles que guardaba en su chaqueta, dándole un rápido vistazo gracias a la luz de su linterna.
De no ser por eso, estaría más ciego que de costumbre.

- . . . Pues, si, es en este lugar. Bla bla bla, las víctimas son jóvenes de nuestra edad, bla bla bla. . . La mayoría con vestidos de novia. . . Esperen, ¿Cuantas tiendas de ropa fina hay en este lugar?

- Tres, y una de ellas esta abandonada. - Respondió Waylon, notando de inmediato el descubrimiento de Blake. - ¡Entonces debe ser un empleado o el dueño de ese lugar!

- Yo voto por el lugar abandonado, solo los locos de meten a esos lugares como escondite. - El castaño se encogió de hombros, para su suerte ( y tal vez, confirmaba su teoría ) el lugar estaba a pocas calles de ahí.

No se lo pensaron más y se dirigieron al lugar, sin medir las consecuencias.

El camino fue igual de silencioso, siendo iluminado por las linternas que no ayudaban cuándo la densa niebla comenzaba a aumentar, es como si supieran que estarían ahí y trataban de hacerlo lo más aterrador posible.

Curiosamente la tienda abandonada era mucho más grande de lo que pensaban, se notaba que en sus días había sido un éxito, parecía centro comercial y por eso no era difícil de encontrarlo, pero a su alrededor estaba cubierto de rejas para alejar a los curiosos, incluso había un poco de sangre en estas, seguramente la sangre de los que se lastimaron en un intento de entrar, a robar. A fumar, a beber a drogarse, ese tipo de cosas que hacen los adolescentes.

Miles fue el primero en entrar, como si fuera algo que hiciera todos los días, escaló sin dificultad la reja.
Y así, lo mismo con Waylon y Blake.

Se dieron cuenta que las linternas podían llamar la atención de cualquiera que estuviera fuera, como la policía que paseaba por esos lugares para vigilar el lugar. . . Por algo tenía mala reputación la tienda, algo que desconocían o que les ocultaba la policía.

Los tres, sin decir nada y pareciendo que se habían comunicado con miradas, apagaron las linternas y sacaron las cámaras.

Visión nocturna, activada.

- Waylon, ve por la planta baja, Blake, ve al segundo piso, me ocupare de lo que queda del tercer piso. - Ordenó, nadie replico, así que sin más entraron por un ventanal que estaba destrozado, o al menos los vidrios que estaban por el suelo le hacían entender eso.

Waylon

El lugar parecía. . . Lúgubre, horrible. En cuanto entramos los chicos se alejaron, subiendo por las escaleras hasta que no logre verlos más, era comprensible, el elevador también tenía mala pinta. . .

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