Mi nombre es Haruno Sakura

Capítulo 28 ItaSaku ❤

Corría por la Aldea preguntando si alguien lo había visto por alguna parte, pero nada, corría sin su paradero cuando vi a Itachi sentado en el pequeño puente con los pies metidos en el lago. Observaba el cielo. Escena que me hizo sonrojar, en verdad se veía muy bien y se veía demasiado indefenso que me provocaba las ganas de abrazarlo hasta dejarlo sin aire. Corrí gritando su nombre y dio la vuelta levantándose. al parecer lo había asustado un poco. 

- Sakura...

- Itachi puede que sea demasiado tarde pero tengo algo que decir ya que si no sale ahora puede que me arrepienta el resto de mi vida.

- Yo también debo decirte algo.

- ¿Te parece decirlo al mismo tiempo?

- Uno, dos, tres. -ambos hablamos-

- Te amo

Nos quedamos viendo por un minutos ambos no entendíamos que estaba pasando exactamente, sólo escuchamos unas risas muy fuertes detrás de nosotros. Detrás estaban parados Sasuke, Shisui e Izumi riendo y aplaudiendo a lo lejos. Ambos nos quedamos intrigados del ambiente, sin discutir más la situación caminamos hasta ellos.

- Sasuke ¿Qué pasa? -dije confundida-

- Debíamos animarlos a declarar su amor, así que creímos correcto engañarlos un poco.

- Shisui, Izumi. -se veía molesto Itachi-

- Lo lamento mucho Itachi, pero debía presionar a que dijeras algo.

Nos quedamos Itachi y yo un buen rato averiguando qué había pasado exactamente, al parecer a Itachi le dijeron que yo iba a casarme con Sasori dentro de muy poco, a mi me hicieron creer que salía con Izumi, la estrategia perfecta de presión para confesar nuestros sentimientos. Reímos un poco después de escuchar la historia. Itachi se ofreció regresarme a mi casa, en el camino fuimos riendo y contábamos lo sufrido. Iba a mi casa ya que no lucia muy bien por no dormir. Al llegar paramos frente a la puerta. 

- Sakura ¿Quisieras ser mi novia?

- Sí, si quisiera Itachi.

Se acercó muy tímido a mi, cerré los ojos y sentí sus cálidos labios contra los míos. Paso sus manos por mi cadera y yo pase las mías a su cara la cual era tan suave y cálida. Al abrirlos vi a Itachi muy sonrojado. Subio sus manos por mi espalda dándome un abrazo muy fuerte al cual correspondí, me dio un ultimo beso en la frente y se despidió de mi. Sentía que mi corazón latía ya que después de tantos años me había enamorado de mi mejor amigo. 

Estaba a punto de mi cumpleaños número 20, las cosas andaban muy bien; tenía a mi sobrino, el cual era un amor de niño y la felicidad de la familia Haruno; visitaba de vez en cuando al bebé Uchiha de Obito y Rin una niña bastante hermosa; estupenda boda la de Naruto y Hinata donde admito que lloré por mi bobo amigo y mi linda amiga; sorprendente la boda de Dan y Tsunade al ser privada fue aun mejor de lo que creía; por fin Sasuke y Karin empezaron a salir como novios algo que aun no entendíamos con totalidad; Shikamaru y Temari se casaron teniendo una luna de miel con trabajo; asistí a la boda de Sasori, él cual se veía muy feliz al lado de esa joven, en verdad era bastante hermosa, su abuela esta realmente feliz y por fin la conocí dándome regaños por dejar a su nieto casarse con una de sus estudiantes, Sasori realmente era feliz y yo adoraba que fuera feliz, Sasori me llevo a dar una vuelta a la Aldea como solíamos hacerlo dándome la noticia que tendría más alumnos y su esposa lo ayudaría, se convertirían en profesores en la Academia ninja de la Arena y quería darme la noticia a mi primero antes que a nadie por ser una de sus mejores amigas. Me iba muy bien en el hospital y mucha gente se atendía en el, hasta visitantes de otras Aldeas llegaban día a día por lo cual Kakashi firmó un pacto de paz con otras Aldeas para mantener la paz y así darles el servicio sin correr ningún peligro, varias Aldeas más tarde tomaron la idea de implementar un hospital igaul que el de Konoha; Itachi y yo salíamos mucho y nos veíamos frecuentemente, esto de ser novios en verdad ayudaba más de lo normal para esas salidas; mis papás y los suyos estaban muy felices de nuestra relación, ellas solían estar muy reunidas en las casas celebrando cualquier cosa solo era excusa para poder verse y llevarse bien.